PSdeG y BNG retaron ayer sin éxito a Feijóo a que aclarase si secunda la promesa del líder de su partido, Pablo Casado, para impulsar una ley que sitúe solo al castellano como requisito para acceder a la función pública, rebajando a mérito a las lenguas cooficiales como el gallego. En Galicia, conocer el "idioma propio" de la comunidad, según el Estatuto, es obligatorio en la mayor parte de oposiciones, aunque en sanidad se rebaja a mérito. El presidente de la Xunta y líder del PPdeG evitó aclarar qué opinión tiene sobre la propuesta de su partido. "El problema es intentar coger otra vez el idioma como un arma arrojadiza, no cuenten con nosotros. Los gallegos no queremos que nos impongan una lengua cuando tenemos dos", rebatió Feijóo.

La portavoz nacional del BNG tiró de hemeroteca y acusó a Feijóo de haber roto el consenso lingüístico y haber usado con fines electorales los ataques al gallego en 2009 para tumbar al bipartito. "Ya usó esa patraña, esa mentira de la imposición del gallego por un puñado de votos", le reprochó antes de pedirle que respondiese si apoyaba a Casado "para que el gallego sea una lengua de segunda". "No repita la vergüenza de atacar el gallego por un puñado de votos", añadió sobre una postura que incluso situó a la plana mayor del PPdeG tras las pancartas contra la "imposición lingüística" hace una década. "Nos acusan de recentralizadores, de seguir los designios de Madrid... Y otros como VOX dicen que soy nacionalista. Mire por dónde, los extremos se tocan", respondió Feijóo.

El socialista Xoaquín Fernández Leiceaga arremetió sobre el mismo flanco y vinculó la posición del PP estatal con intereses electorales. "Usted se pone de perfil ante las posiciones recentralizadoras de su partido", se dirigió a Feijóo, exigiéndole que presione a su formación para "paralizar la ley de imposición del castellano" anunciada por Casado si este llega a la Presidencia del Gobierno tras las elecciones generales del 28 de abril.

"Me habla de una ley que no existe", respondió Feijóo, que también recordó que Casado "dijo que el modelo de Galicia es el ejemplo en las comunidades bilingües".

En su cara a cara con Luís Villares, de En Marea, Feijóo aseguró que la Xunta ofrece su ayuda a las plantillas de Bosch y Poligal, de las que varios representantes protestaron a las puertas del Parlamento. El primero pidió a la Xunta mediación para evitar el cierre de la última y minorar el ERE en la sede de la primera en Vigo, que afecta a 800 personas: "La política industrial del PP no evita la deslocalización de Bosch en Vigo o Poligal en Ferrolterra y no obliga a las empresas a cumplir la ley", denunció Villares.