No en toda Galicia existen centros homologados para impartir formación, pero sí jóvenes desempleados que desean recibirla o cuyas perspectivas laborales mejorarían, o así lo sostiene el Ejecutivo gallego, si su preparación se eleva. Para resolver esa brecha, la Xunta ha impulsado el programa, que define como pionero, "Formación á porta", que permite la docencia en el rural, en su propia localidad, sin tener que desplazarse, a desempleados menores de 30 años a través de centros móviles o de instalaciones habilitadas por los concellos. Así se formaron entre 2017 y el pasado verano un total de 188 alumnos de municipios como Agolada, A Cañiza, Cortegada, Leiro, Celanova, Cartelle, Vilamartín de Valdeorras y otros tantos concellos más, hasta un total de 14, de toda Galicia.

Los objetivos últimos de la medida son crear empleo y fijar población en el rural. Con esas metas, que en su momento verbalizó el conselleiro de Economía, Francisco Conde, la Xunta justifica una iniciativa con "cursos adaptados a las demandas de las empresas" para "mejorar la empleabilidad" de los jóvenes y alcanzar su inserción. Pero no se trata de una medida aislada, sino que se enmarca en el programa más amplio de Formación para menores de 30 años y en este caso en el rural, un proyecto que forma parte del Sistema de Garantía Juvenil.

Según explican desde Economía, en total, y junto a la medida anterior, se traduce en actuaciones en 41 ayuntamientos y se concretó en 51 cursos que fueron impartidos por 151 docentes y seguidos por un total de 670 alumnos.

La mayoría de beneficiarios fueron mujeres -cerca del 60%- y, en cuanto a su nivel académico, era de primera etapa de Educación Secundaria con título de graduado escolar o enseñanza de grado medio de FP específica (artes plásticas, diseño y deportivas).

¿Y qué le ofrece la Administración a estos jóvenes desempleados del rural gallego? Según explican desde la Consellería de Economía, la oferta impartida se tradujo en medio centenar de cursos que se enfocaron en las actividades con "mayores índices de inserción laboral" y uso de nuevas tecnologías, "ajustándose a las necesidades del tejido empresarial de cada zona".

En general, se impartieron especialidades como operaciones básicas de restaurante y bar, dirección y coordinación de actividades de tiempo libre, socorrismo, auxiliar de albañilería o de agricultura, gestión contable o financiera... En el caso de las localidades sin centros homologados y con formación a la puerta, los cursos que destacan desde la Xunta son los de docencia de formación profesional para el empleo, atención sociosanitaria a dependientes, operaciones de grabación y tratamiento de datos, organización y gestión de almacenes u operaciones básicas de bar.

Al final, los estudiantes recibieron un certificado de profesionalidad con validez en todo el territorio estatal.

Para los más jóvenes, menores de 30 años, la Xunta ha arrancado otras iniciativas como los obradoiros de empleo. Desde la Administración autonómica explican que están desarrollándose más de una veintena de estos talleres (en concreto, 23) y que se les destina una inversión de 3,4 millones de euros.