A partir de enero habrá nuevas señales en las carreteras secundarias de todo el país, las más peligrosas por su elevada accidentalidad. El 90% de las colisiones, salidas de vía o atropellos mortales que se producen en la red viaria gallega ocurren en estas vías, casi 15 puntos por encima de la tasa de accidentalidad registrada en el conjunto del país. Para reducir los accidentes de tráfico en torno a un 10% en la red convencional, el Consejo de Ministros prevé aprobar hoy el real decreto por el que se rebajará de 100 a 90 km/h el límite de velocidad para turismos y motocicletas en estas vías, que en Galicia suman más de 2.000 kilómetros. Mientras, camiones y furgonetas no podrán sobrepasar los 80 km/h. Y para los autocares que dispongan de cinturones de seguridad en sus asientos, la limitación será a 90 km/h.

Una vez aprobado el nuevo cuadro de velocidades para la red secundaria, una reducción que afectará en España a unos 7.000 kilómetros, los titulares de estas vías dispondrán de 30 días para aplicarla, avanzó ayer el director de Tráfico, Pere Navarro, adaptando todas las señales mediante pegatinas. Esta reforma en los límites de velocidad en la red secundaria era una asignatura pendiente de la legislatura pasada en la que ya había empezado a trabajar el Gobierno del PP, con un borrador que fijaba el límite genérico en 90 km/h, con tramos a 70 (vías convencionales estrechas con marca longitudinal de separación en ambos sentidos) y a 50 (en los tramos donde esta marca no estuviera pintada).

En Galicia, la red viaria del Estado ronda los 2.400 kilómetros y algo más de 1.400 corresponden a carreteras convencionales de doble sentido, con un límite máximo genérico máximo de 100 km/h, De carreteras autonómicas, dependientes de la Xunta, se calcula que Galicia cuenta con unos 400 kilómetros que tienen limitada la velocidad a 100 km/h por ser de doble sentido y tener arcén de 1,5 metros. Estos dos tipos de vías serán en las que a partir de enero se impondrá la limitación a 90 km/h.

España era hasta ahora uno de los seis únicos países europeos que mantiene el límite a 100 kilómetros por hora en las carreteras convencionales junto a Rumanía, Polonia, Irlanda y Austria. A 90 km/h como límite máximo están Bélgica, Croacia, Grecia, Italia y Portugal, mientras que en Suiza, Noruega, Países Bajos, Malta, Francia, Finlandia o Dinamarca está fijado a 80 km/h.

En la comunidad gallega, la velocidad es un factor concurrente en el 30% de los accidentes. No pisar el acelerador por encima de lo que marca la señalización evitaría uno de cada tres muertos y la rebaja en las convencionales a 90 km/h permitirá reducir la accidentalidad mortal en torno a un 10%, prevé la DGT. En los primeros once meses del año, más de 30.000 conductores gallegos fueron sancionados con la retirada de entre 2 y 6 puntos del carné por no respetar los límites de velocidad.

Asociaciones de automovilistas y motoristas rechazan la rebaja de 100 a 90 kilómetros por hora la velocidad máxima para poder circular en las carreteras convencionales. Para el RACE, la reducción de velocidad es una solución "bastante estéril". "En las convencionales abogamos por una mayor inversión en infraestructuras, como mejorar el trazado y la iluminación para la conducción en condiciones meteorológicas adversas", reclaman.