El servicio del agua en Galicia es claramente deficitario. El recibo que los concellos cobran a los vecinos apenas cubre el 77 por ciento de todos los costes que supone la construcción, explotación y mantenimiento de las redes de captación, saneamiento y abastecimiento. Así lo recoge la Xunta en la revisión de su planificación hidrológica, donde además advierte que el desfase podría ser mayor puesto que se está invirtiendo un 30 por ciento menos de lo que se debería. Augas de Galicia y la Federación Galega de Municipios e Provincias emprendieron negociaciones en 2013 para homogeneizar y ajustar las tarifas del agua al gasto real, pero siguen en fase de estudio y sin concretar medidas. Los precios del agua en Galicia siguen siendo de los más bajos del Estado.
En los concellos que pertenecen a la cuenca Galicia-Costa se cobra 1,59 euros por metro cúbico y en el área que depende de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil -que incluye Ourense, el sur de Pontevedra y la parte más oriental de Lugo- todavía menos: 1,43 euros. Solo la demarcación hidrográfica del Duero, en Castilla y León, tiene unas tarifas más baratas que las de la comunidad autónoma.
Las diferencias son todavía más abismales si comparamos lo que se paga en Galicia por el agua con el recibo que se cobra en otros países de Europa. Por ejemplo, por un suministro de 200 metros cúbicos de agua en la comunidad gallega la factura es de 256 euros, un 64 por ciento menos de lo que se abona en Budapest y casi cinco veces menos que lo que se paga en Copenhague.
Ingresos
Según los cálculos del ente público Augas de Galicia, los ingresos por el recibo del agua suman en total 190,75 millones de euros. Y apenas se han incrementado respecto a hace cinco años. En el primer documento de planificación hidrológica, elaborado en 2013, la Xunta calculaba que la recaudación del recibo del agua ascendía a 184 millones de euros. Esto significa que, a pesar de que tanto desde la UE como desde el Gobierno central, se ha instado a Galicia a cambiar su sistema tarifario para fomentar un consumo eficiente y la recuperación de los costes, las tarifas han continuado prácticamente sin variaciones.
La Xunta, sin embargo, ha hecho una importante corrección en su plan hidrológico respecto a lo que se gasta para prestar el servicio del agua. En 2013 el Gobierno gallego hizo un cálculo basándose en los costes teóricos, es decir, en lo que "idealmente" se debería invertir para construir, explotar y mantener las infraestructuras y lo cifró en 377 millones de euros.
Ahora ha cambiado su metodología y utiliza los costes reales, que se reducen a 250 millones de euros. Esto significa que la inversión en obras y mantenimiento está un 30 por ciento por debajo de lo que sería "ideal". Y, por esta razón, la Xunta considera necesario "evaluar las áreas de mejora en la prestación de servicios del agua". "Habría que valorar si la inversión en operación y mantenimiento de las redes de distribución, por ejemplo, está siendo adecuada o debería incrementarse". De ser así y si sigue sin subirse el recibo del agua, el déficit en la prestación del servicio se incrementaría.
En todo caso, los gallegos consumimos ahora menos agua que hace años y estamos también por debajo de la media nacional. En la cuenca Galicia-Costa cada persona gasta al día 241 litros de agua, un 20 por ciento menos que en el año 2000. En España el suministro por habitante es de 251 litros.
El problema es el agua que se pierde por el mal estado de las redes de abastecimiento y de ahí que la Xunta advierta de la necesidad de mayor inversión. Si el Instituto Nacional de Estadística cifra las pérdidas en el 12,53 por ciento, Augas de Galicia las eleva al 20 por ciento del agua que se distribuye.
La tarifa del recibo del agua es competencia municipal. Cada concello fija un precio, pero además se cobra el canon del agua, un tributo autonómico que la Xunta destina a la financiación de infraestructuras hidráulicas. El Gobierno gallego recauda al año 33 millones de euros por esta tasa y otros 16,3 millones del impuesto del daño ambiental por el agua embalsada.
