Las elecciones municipales de mayo suponen una nueva prueba de resistencia para los lazos que conectan a las fuerzas y mareas del autodenominado espacio de ruptura. Como sucedió a nivel autonómico en 2016 con el pulso entre la recién nacida En Marea como partido instrumental y Podemos, que aceptó a última hora y a regañadientes aliarse enterrando sus siglas, las negociaciones para la cita prevista en siete meses también deberán solventar dificultades como la intención de la fuerza de Pablo Iglesias de concurrir en coalición, salvo en casos de "marcas consolidadas". La relación de fuerzas estará determinada en gran parte, según coinciden fuentes de diferentes sectores de este sector político, por el resultado de la renovación de la dirección de En Marea. De momento, a nivel urbano existen tensiones en Pontevedra, Lugo, Ferrol y Ourense, donde la posibilidad de que concurran varias listas rupturistas, según la foto fija actual, son más altas que la de una coalición o alianza.

La heterogeneidad del proyecto autonómico de En Marea se traslada a las ciudades, configurando un escenario propio en cada una de ellas en función de la relación de fuerzas, la posición de la marea actual -si gobierna o no- y las rencillas personales, clave en los proyectos políticos de todo signo.

La cita electoral está marcada, en primer lugar, por el anuncio de Podemos de participar en unas municipales por primera vez, pues en 2015 renunció a hacerlo. Sus militantes que sí lo hicieron, dieron el paso a nivel personal e integrados en mareas.

Las bases apoyaron mayoritariamente que Podemos establezca en mayo coaliciones que le permitan mantener autonomía, mayor peso en las listas y visibilidad de su marca en las papeletas, pero dejando abierta otras opciones en municipios donde existiese una "marca consolidada", una excepción a la medida de los ayuntamientos en manos de mareas (A Coruña, Ferrol y Santiago) o plataformas como las de Madrid, Cádiz o Barcelona.

En Galicia, Podemos ha asegurado que no entorpecerá las candidaturas en las tres ciudades donde gobierna este espacio político, evitando listas propias contra los aliados que tratan de mantener los bastones de mando. Pero donde no se gobierna, sí aspira a sellar coaliciones. "Negociaremos hasta el último minuto", apuntan desde el partido morado.

Las fuentes consultadas aseguran que en Vigo se llegará a un acuerdo para integrarse en la candidatura de Marea de Vigo, pese a las tiranteces escenificadas ayer. Pero las cuatro ciudades restantes son escenario de una batalla no limitada a la búsqueda de encaje para Podemos. Las tensiones en la cúpula de En Marea también se trasladan a ese ámbito. Por ello, fuentes de tres sectores diferentes coinciden en que el resultado del plenario y primarias del partido instrumental, que se cerrarán a finales de noviembre, influirán en las negociaciones en Pontevedra, Ourense, Lugo y Ferrol.

En la ciudad del Lérez la predicción de dos listas diferenciadas entre la Marea, en la que repetirá como candidato Luis Rei, su portavoz municipal, y Podemos. En este caso, tampoco están involucradas en la primera Anova ni Esquerda Unida. A ello se une las malas relaciones entre la Marea y Podemos, cuyo portavoz local, José Ramón Otero, aseguró que no concurrirían solos en mayo, pero vinculó una lista con la Marea a sellar una coalición, que esta última rechaza de plano.

Ferrol y Ourense son dos casos curiosos. En la primera, críticos con Ferrol en Común, la fuerza del alcalde, Jorge Suárez, y exPodemos anunciaron su intención de formar una organización alternativa, pero quien ya ha dado el paso ha sido Marea de Ferrol, en la que se encuentra la edil Esther Leira, ahora en los no adscritos. A comienzos de verano, presentó su proyecto y al acto acudieron miembros de la coordinadora de En Marea, liderada por Luís Villares, lo que generó las críticas de los críticos a éste por entender que suponía un respaldo a un rival de uno de los "alcaldes rebeldes", el que más difícil tiene la reelección, pues cuenta con 5 de 25 ediles. El exjuez negó injerencias.

Ahora, en el espacio rupturista también se teme la constitución de un proyecto en Ourense que compita con Ourense en Común, que en 2015 logró tres actas. Dirigentes rupturistas sospechan del apoyo de facto de la dirección actual de En Marea. OeC mantiene buena sintonía con Podemos, pero ya ha elegido a Martiño X. Vázquez como cabeza de cartel y es reacia a una coalición.

En Lugo, al igual que en Pontevedra, las relaciones entre Lugonovo, cercana a Villares, y Podemos son malas, según coinciden las fuentes consultadas, por lo que se antoja difícil tejer un acuerdo.