"Los gallegos defendemos la Constitución" porque "defender la Constitución es defender el conjunto de España, pero también defender a Galicia, su identidad propia y su autonomía para participar en el Estado". Así lo proclamó ayer el presidente de la Xunta en el acto de entrega de las Medallas de Oro de Galicia, la máxima distinción que otorga el Ejecutivo gallego, que recayeron sobre "tres hijos de Galicia" que dirigieron el Tribunal Constitucional (TC) y que, "velando por el cumplimiento de la Constitución, de la que emana nuestro Estatuto, protegieron nuestro gobierno".

De ese modo, el mandatario se refirió a Álvaro Rodríguez Bereijo y María Emilia Casas Baamonde, que tuvieron la máxima responsabilidad al frente de ese órgano, y a Juan José González Rivas, que aún la ostenta. Todos ellos, en sus intervenciones, además de subrayar su gratitud y el "honor" que supone el reconocimiento y sus lazos con Galicia, mostraron su "compromiso" -en palabras de Casas- con la Carta Magna y "el orden constitucional" que de ella emana, apuntó Rodríguez Bereijo. De hecho, González Rivas consideró que la entrega de la Medalla de Galicia a los juristas con responsabilidades al frente de un órgano "clave de la vitalidad de la Constitución", como dijo Casas, "puede interpretarse" como "muestra de gratitud" a su papel en "el aseguramiento del respeto a nuestra norma fundamental del Estado" y "un ejercicio de apoyo a la propia institución".

Feijóo, quien señaló que el "patriotismo" gallego es "constitucional y autonómico", comparó la Constitución con el Pórtico de la Gloria para asegurar que este "es de todos", también de los que vendrán, como la "democracia y la autonomía consagradas en la Constitución". "Nos sentimos comprometidos con su preservación dinámica porque deseamos que los españoles y gallegos del futuro las disfruten", señaló. "Por eso, cuando la Constitución se defiende contra diferentes amenazas, se está defendiendo a todos los que quisieron, quieren y querrán vivir en libertad", defendió.

No obstante, ni el Pórtico ni los pirncipios de la Constitución, apuntó, "son ajenos a la necesidad de posibles mejoras y adaptaciones". En esa línea, sugirió que la recuperación del esplendor de la obra del Mestre Mateo "puede ser un excelente modelo para futuras actualizaciones del texto constitucional". Porque, alegó, "hubo acuerdo entre especialistas, cooperación institucional, visión a largo plazo, un objetivo claro y, sobre todo, sosiego". "He ahí pautas que pueden ser aprovechadas en el Pórtico institucional", sostuvo, ya que "rigidez y solidez no son sinónimos". Con todo, recordó que el gobernante es un "mero inquilino del Estado que tiene el deber de preservarlo y regirlo de acuerdo con un contrato plasmado en la Constitución" y de ahí la "tarea capital" del TC.

Así lo refrendó su presidente, Juan José González, quien subrayó que al TC "le corresponde defender la Constitución" -que "tiene aún mucho que ofrecer"- "frente a aquellos que buscan desafiarla" y abogó por la "lealtad institucional". El TC, indicó, busca ejercer su función "con la mayor rectitud y moderación buscando el mayor acuerdo especialmente en aquellos asuntos que inciden de manera directa en la convivencia común de todos los españoles".

María Emilia Casas defendió que el TC "asegura la supremacía normativa de la Constitución" y la "vigencia real de los límites que fueron pactados por todos en el momento constituyente y que ninguna mayoría política puede traspasar". Casas proclamó que "no hay democracia posible fuera de la Constitución", en referencia al "secesionismo catalán", y señaló que el texto fundamental mantiene "un marco de coincidencia suficientemente amplio como para que dentro de él quepan opciones políticas de muy diferente signo".

Álvaro Rodríguez destacó que con la Medalla se aúnan las dos "referencias vitales" que marcaron su trayectoria: Galicia y el Tribunal Constitucional, donde dedicó sus "mejores esfuerzos" como jurista "en la defensa de la Constitución y del orden constitucional". El reconocimiento, dijo, llega "en un momento" en que ambos "se ven asediados por acontecimientos que todos conocemos".