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La capataza a la que los estibadores llaman 'Sabeliña'

Sabela Cebro y su compañera son las dos primeras jefas en España en el mundo de la estiba,una atmósfera portuaria tradicionalmente masculinizada

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Sabela es capataza de la estiba en Vigo: "Mis subordinados me llaman neniña"

"Sí, me presento. Soy Sabela Cebro, capataza de estiba en Suardiaz". Capataza? "Sí, capataza. Está admitido por la Real Academia Española, no como portavoza", responde rápida Cebro Barreiro anteponiéndose a cualquier posible duda sobre lenguaje inclusivo y su norma.

Esta joven viguesa, de 37 años, con dos carreras (Traducción e Interpretación y Filología Inglesa) habla en el Muelle de Transbordadores de Bouzas durante un pequeño descanso de la operación que está dirigiendo hoy. Mientras, un ejército de estibadores introduce vehículos recién salidos de fábrica y enormes remolques en el buque Ro-Ro Suarvigo. Se apresuran con las labores de carga para zarpar. "Sobre las dos de la tarde (de ayer) terminaremos. El buque trasladará la mercancía a Francia, ya que cubre la línea de la Autopista del Mar Vigo-Saint Nazaire, y el sábado estará de vuelta aquí", explica Cebro, con un ojo siempre puesto en la supervisión de las labores de carga. Ella es la responsable de que todo se haga en orden, en el tiempo previsto, en calcular el personal que hace falta para la operación en función de la mercancía de ese día, que toda la maquinaria funcione y que no haya accidentes ni percances en la enorme plataforma flotante Ro-Ro en la que viajan hasta mil coches sin estrenar y remolques con distintas mercancías en su interior. Y si algo se tuerce, resolverlo. La naviera tiene sus compromisos y los clientes son exigentes con los plazos de entrega. No esperan.

Lo de Sabela y su compañera es muy poco habitual en España. A Cebro no le consta que existan más jefas de estibadores en otros puertos de España. En este equipo de Vigo son dos capatazas y un capataz, como ella misma expresa. Es un pequeño grupo de tres personas (de las que dependen muchas más), pero muy significativo, porque de las tres personas responsables de las labores de estiba en la naviera, dos son mujeres y uno es hombre: solo este reparto rompe tendencias.

En la base, apenas mujeres en la estiba en el puerto de Vigo. En el equipo directo de Cebro Barreiro hay cinco, en concreto. En el sector de la estiba en el ámbito nacional, las mujeres son el 5% y han alzado la voz varias veces por sus derechos las de los puertos de Valencia, Castellón, Bilbao, Barcelona, Tarragona, Málaga, Sevilla, Cádiz o Las Palmas.

¿Te costó liderar un equipo con imensa mayoría de hombres y en una atmósfera tan masculinizada históricamente como es la portuaria? "La verdad es que no mucho porque al tener una compañera, la otra capataza, que estaba antes que yo pues abrió camino y cuando yo empecé en esto pues quizás ya no resultó chocante la figura de la capataza", cuenta Cebro, la única de sus amigas con un trabajo así, vinculado hasta ahora a la figura masculina.

Cuando Sabela Cebro avanza por la rampa por la que suben los coches al buque, conversa con el personal con su chaleco naranja y sube y baja las frías escaleras metálicas internas del Ro-Ro está rompiendo estereotipos. En el fondo, es consciente. "La jerarquía está clara. Ellos responden. Tengo que hacerme valer como persona, pero no por el hecho de ser mujer. Aunque, a ver, a veces me llaman filliña o nena. O al acabar la frase, Sabeliña o Sabelita. No me molesta, porque sé que no es por mal, pero bueno, es chocante. Poco a poco", cuenta Cebro como anécdota y ejemplo de esa especie de paternalismo que se genera en ciertas situaciones laborales masculinizadas. Sabe que si el nuevo capataz fuese un hombre ese tipo de licencias no tendrían lugar. Cebro Barreiro solo lleva un año en el puerto. Estuvo diez años trabajando como traductora, autónoma. "Me dedicaba a traducción técnica, de software, y tras una década estaba cansada, necesitaba cambiar", expresa Cebro. El giro fue tal que presentó currículo para mover coches y vehículos en zona portuaria. Así comenzó en Suardiaz y en poquísimo tiempo pasó por dos ascensos hasta llegar a capataza.

El idioma ha sido fundamental en este caso. "Tengo inglés, claro, y algo de francés. En este trabajo es clave. Yo sabía, o había escuchado, que los profesionales con idiomas eran muy demandados en el puerto. Pero no me podía imaginar que esto sería así. Tuve que aprender todo sobre barcos y gestión comercial en este sector y para esto no hay manual, se aprende haciendo", argumenta Sabela. Los compañeros ven que la están grabando para un reportaje o algo similar. Hablan bien de ella: "no es fácil encontrar un perfil así, responsable, con idiomas y con esa capacidad organizativa y ganas de trabajar", dicen. "Sí, me gusta este trabajo. Es divertido. Pero hay momentos de mucha tensión. La vez que peor lo pasé fue porque no daba tiempo a completar la operación de carga y tuve que decidir qué parte se quedaba en tierra", recuerda. ¿Hará huelga? "Sí. Hemos avanzado en derechos pero estamos lejos de la igualdad plena. Además, en otros lugares del mundo las mujeres están todavía más lejos, con menos derechos", apunta.

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