En la primera fase del nuevo plan de transporte de líneas de viajeros por carretera, puesto en marcha el pasado mes de agosto, una de las novedades fue el uso del transporte escolar por parte de cualquier vecino. La Xunta, en la segunda y última fase, que supondrá la renovación completa del transporte de viajeros por carretera, se propone ir más allá. Prepara una reordenación de líneas, en la que apuesta "por la integración de servicios de uso general y de uso especial", siendo una de las fórmulas, "la reserva de plazas a alumnos en servicios de uso general". Es decir, ya no sería el abuelo, el padre o la vecina quienes se suben al autobús escolar para ir al centro de salud o para acercarse al banco. Sería el estudiante el que tendría reservada plaza en el autobús utilizado por todos los públicos.
La Consellería de Infraestructuras e Vivenda acaba de sacar a licitación un contrato de 2,3 millones de euros para culminar la reordenación del servicio de transporte público por carretera, y al marcar las pautas de por dónde debe ir el nuevo diseño abre la puerta a "la desaparición de servicios de transporte público regular de uso escolar y su conversión en un servicio de uso general integrado". También admitirá que el futuro mapa de transporte incluya "pequeñas modificaciones en las rutas actuales de transporte escolar que, en el marco de una oferta de servicios integrados, supongan una mejora en el conjunto de la movilidad de todos los usuarios".
La Xunta primero apostó por abrir las puertas de los autobuses escolares a todos los ciudadanos, y ahora baraja extender este modelo de buses compartidos a los buses destinados al transporte de personas dependientes (el 065). Desde septiembre del año pasado, casi 500 líneas de autobuses que cada día llevan a los estudiantes a los colegios e institutos permiten subir a todos los ciudadanos. Unos 38.000 mayores han compartido autobús escolar desde entonces. Así sucede que concellos que hasta ahora no tenían servicio de bus, desde septiembre del año pasado sí cuentan con él.
El departamento que dirige Ethel Vázquez justifica la integración de los servicios de transporte público regular de uso general y de uso especial, como el escolar, igual que el servicio a demanda, porque "permitirá optimizar los medios, alcanzando mejores cuotas de eficiencia en las zonas rurales, donde se combinan bajas densidades de población con elevados grados de envejecimiento". Además, defiende que "ofrecer una mejor accesibilidad en transporte público a estas zonas en declive demográfico contribuirá a la fijación de la población y a atenuar el desequilbirio territorial". La Xunta admite que "la dispersión supone un serio obstáculo para un sistema de transporte eficaz en lo funcional y eficiente en lo económico".
¿Por qué la Xunta acomete una reforma integral del transporte de líneas de viajeros por carretera? A finales de 2009 decidió prorrogar una década por ley más de un centenar de concesiones de transporte regular de viajeros por carretera sin sacarlas a concurso. A cambio, esas empresas le rebajarían un 7% el coste del transporte escolar, e introducirían mejoras en sus vehículos. Pero en marzo de 2016 el Tribunal Supremo anuló esa prórroga por incumplir la normativa europea.
La Xunta aprobó entonces una ley para remodelar las rutas de transporte a finales de 2019, y en ella contempló la posibilidad de que las empresas que no estuvieran interesadas en mantener sus concesiones pudieran renunciar a ellas. Y eso hicieron la mayoría de las empresas de Ourense y parte de las del sur de Lugo, a Costa da Morte o zonas de Pontevedra, que no querían seguir asumiendo el coste de operar rutas deficitarias. Esa renuncia obligó a la Xunta a adelantar parte de la reforma prevista para 2019 al pasado verano.
