Menos de año y medio después de que Alberto Núñez Feijóo mantuviese la presidencia de la Xunta gracias a la tercera mayoría absoluta del PP y a dieciséis meses de las elecciones municipales, su reforma sanitaria reforma sanitariaha generado un rechazo social que ayer cristalizó con una multitudinaria manifestación en las calles de Santiago que desbordó la plaza de A Quintana. Al lado de la plataforma SOS Sanidade Pública, convocante de la protesta, se situaron los líderes de En Marea, PSdeG y BNG, así como los de los sindicatos CIG, CCOO y UGT. Todos atacaron la estrategia de "desmantelamiento" de la sanidad pública y beneficio de la privada que, a su juicio, está implantando la Xunta y que tendrá como culmen la aprobación mañana en el Parlamento de la Lei de Saúde de Galicia, que sustituye la norma del bipartito de 2008.

El manifiesto "A sanidade pública galega está en perigo" resumió las quejas de los asistentes a la protesta, que acusaron al Ejecutivo de beneficiar a la sanidad privada también con la Lei de Garantías Sanitarias, que establece plazos máximos de espera para una operación o la visita al especialista y ofrece acudir a la concertada en caso de superar ese límite. Los fondos para este capítulo se incrementaron un 10% entre 2016 y mediados de 2017, pasando de 199 millones de euros a 217, si bien las listas de espera se situaron en mínimos históricos.

El principal foco de crítica se centra en la nueva Lei Galega de Saúde, que reduce de 11 a 7 las áreas sanitarias de Galicia -suprime O Salnés, A Mariña, Monforte y O Barco de Valdeorras-, facilita la movilidad de los profesionales, abre la puerta a que empresas privadas exploten las investigaciones sanitarias financiadas con dinero público a cambio de un porcentaje y reduce la capacidad de fiscalización de las entidades sociales sobre la gestión sanitaria, pues los integrantes de los consejos de salud serán decididos en exclusiva por la Xunta.

La plataforma SOS Sanidade Pública, cuyo manifiesto leyó la actriz Isabel Risco, señaló como "amenazas" tanto la norma sobre esperas como la que mañana recibirá luz verde en el Parlamento. En este último caso, acusan a la Xunta de "desmantelar los hospitales comarcales", al pasar a depender ahora de los centros en las ciudades, lo que "dificultará la asistencia especializada" a los vecinos del rural. También denuncian que "perpetuará las Estructuras de Xestión Integrada" actuales rebajando la calidad de la atención primaria.

Por otro lado, consideran que se "privatizará" la investigación sanitaria con fondos públicos, al permitir la cesión de la explotación comercial de estas a firmas privadas. Al mismo tiempo, alertan de que facilitará la creación de "chiringuitos".

Finalmente, arremetieron contra la rebaja en la fiscalización de la sanidad por parte de las asociaciones en los consejos de salud, donde ahora decidirá la Xunta sus representantes.

En el ámbito de peticiones, los manifestantes -entre los que estaban el alcalde de Santiago, Martiño Noriega; Xosé Manuel Beiras o la líder de Podemos Galicia, Carmen Santos- exigieron la retirada de la Lei de Saúde, el desarrollo de la relativa a los plazos de espera y la apertura de una negociación sobre "las consecuencias del deterioro del sistema sanitario público gallego por los recortes y las privatizaciones". El presidente de SOS Sanidade Pública, Manuel Marín, pidió el cese del conselleiro de Sanidade, Jesús Vázquez Almuíña, al considerarlo "amortizado".

Estas reivindicaciones fueron asumidas por la oposición, que abre un frente contra el PP a poco más de año y medio de las municipales.

Luís Villares (En Marea) vinculó la protesta de ciudadanos "hartos" con las listas de espera y "los colapsos en las urgencias". El líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, ahondó en las críticas: "Feijóo tiene que corregir la precarización del empleo, la supresión de las áreas sanitarias o la reducción de servicios". Por su parte, Ana Pontón (BNG) acusó a Feijóo de "convertir la sanidad en un negocio para unos pocos" y le afeó el "recorte de más de 3.000 profesionales o 700 camas" en los últimos años.