Aunque lo normal es vivir con la familia, en Galicia un 13% de la población comparte casa con personas a las que no están unida por lazos de parentesco. Entre ellos individuos particulares pero también familias que buscan ahorrar gastos con el alquiler de una habitación. En números absolutos, son casi 363.000 los ciudadanos de distinta procedencia familiar los que conviven bajo el mismo techo repartidos en casi cien mil hogares. Lo más usual, en el 60 por ciento de los casos, es que tres o cuatro personas compartan domicilio, aunque en más de seis mil de esos 99.400 hogares deban hacer sitio para seis integrantes o más.

Aunque lo de compartir piso suele asociarse a la etapa de formación universitaria, cuando muchos jóvenes salen de casa de sus padres porque la carrera de sus sueños se imparte en otra ciudad, las cifras de hogares publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) desmontan el mito de que este colectivo sea el principal usuario de viviendas, al menos en Galicia. De hecho, solo una de cada cinco personas que reside en una vivienda compartida tiene menos de 25 años.

Una cuarta parte de quienes optan por convivir con extraños se mueve en la franja de los 25 a los 44, mientras la mayoría (el 55%) supera esa edad. Son variadas las circunstancias que pueden explicar este fenómeno: personas a las que el sueldo no les alcanza para establecerse por su cuenta (177.000 gallegos no llegaron a percibir ni dos mil euros en un año en 2014) y tienen que conformarse con alquilar una habitación, quienes perdieron el trabajo o sufrieron un desahucio y no tienen familia a la que recurrir o quienes lo hacen porque desean vivir la experiencia o prefieren destinar su sueldo a otros menesteres.

También es una solución para los foráneos que acuden a buscar una oportunidad laboral a Galicia. Así, en 9.500 hogares de estas características vive algún extranjero y en la tercera parte de ellos, lo hacen sin convivir con ningún gallego.

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Aunque el 13% de los ciudadanos viva en piso compartido solo conforman un 9% de los hogares contabilizados en la comunidad según los datos divulgados ayer por el INE, que cifra en 1.080.000 el total de hogares de Galicia, un 0,4% más que el año anterior. Además, el colectivo de quienes comparten piso ha perdido peso (un 6,5% menos de personas y un 12% menos de hogares) con respecto a las cifras de dos años atrás, en 2013, cuando 388.300 personas residían en 113.400 direcciones postales.

El compartir es asimismo una opción para pensionistas, que representan un 28% del colectivo que habita en pisos con personas ajenas a la familia. En muchos casos puede ser una receta para evitar la soledad. Precisamente las cifras del INE desvelan que el número de gallegos que vive sin compañía se ha incrementado un 2,7% con respecto al último año, hasta alcanzar los 266.100, y de ellos, en 121.600 casos ese único habitante supera los 65 años. El conjunto de hogares unipersonales tiene un importante peso en el total: son uno de cada cuatro. Con todo, el porcentaje, del 24,6% en Galicia, está ligeramente por debajo del estatal, que se sitúa en el 25%, con 4,5 millones de personas viviendo sin nadie a su lado.

Sin embargo, los hogares que llevan la batuta en términos numéricos en la comunidad gallega son los conformados por parejas con hijos que conviven con ellos en el mismo domicilio: 330.900 (un 1,1 por ciento más que en 2014), que conforman el 30% del total y se reparten a 1.157.000 habitantes. Entre ellos, sobresalen los integrados por una pareja con un hijo, un total de 189.000, mientras que los que tienen dos vástagos bajan hasta 121.500 y los que tienen tres o más caen hasta los 19.900.

El otro colectivo importante está integrado por las parejas sin hijos que convivan con ellos en la misma vivienda: son un total de 234.000, uno de cada cinco. De todos los grupos, excluidos los que viven solos, estos serían los que viven más cómodos en un mayor porcentaje, si se entiende por comodidad el espacio del que disfrutan: en 155.800 casos disponen de entre 30 y 59 metros cuadrados por ocupante. En Galicia el número de personas por vivienda es de 2,50, similar al de España (2,51).