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FARO entrevista al exportavoz parlamentario del Bloque

Carlos Aymerich: "Acabó el ciclo del BNG y debe confluir con las mareas"

"Los más optimistas en el Bloque hablan solo de lograr representación en las autonómicas, no grupo propio"

Aymerich. // Jorge Santomé

Carlos Aymerich, exportavoz parlamentario del BNG en el Parlamento gallego y exdiputado en el Congreso, alza la voz para reclamar la disolución de las corrientes del BNG y su unión con las mareas. Censura el papel de la Unión do Povo Galego, fuerza dominante a nivel interno, en el Bloque y la culpa de quedarse fuera del Congreso por primera vez desde 1996. "El ciclo del BNG se acabó. Si no se refunda, será un fraude", advierte.

-El BNG afronta una nueva asamblea tras no lograr presencia en las Cortes. ¿Su diagnosis?

-Acabó un ciclo electoral del BNG en Madrid y un ciclo político del BNG. Eso ya lo sancionó la dirección cuando en las generales prescindió de las siglas y formó una extraña coalición con partidos minúsculos, con todos los respetos, para justificar que sigan existiendo ciertas siglas. La única solución pasa por una refundación absoluta y no se pueden usar los restos arqueológicos. Para refundarse hay que contar con todo el nacionalismo, y hay mucho fuera del BNG y mucho en En Marea, y no se puede hacer sin disolver los colectivos que existen en el Bloque, e incluyo a la UPG. Cualquier cosa que no pase por eso será un fraude.

-De no aceptar esa fórmula que propone, ¿puede desaparecer el BNG? En la formación se habla del riesgo de no alcanzar grupo en el Parlamento en las autonómicas.

-Es que con el 4,33% queda fuera. La gente no habla ya de grupo, los más optimistas hablan de representación.

-¿No es exagerado? Las autonómicas son diferentes a las estatales.

-Quien crea que los 70.000 votos [en las generales del 20-D] son fieles e irreductibles se equivoca. Muchos dicen que es la última vez que votan al Bloque y ver a una dirección que no asume responsabilidades y análisis y artículos delirantes sobre las causas del resultado no anima a seguir apoyándolo.

-Hablando de artículos, Pilar García Negro, miembro de la UPG, alertaba contra el "abrazo del oso" de la Marea y vinculaba el descenso de votos al Bloque con que la sociedad es sumisa. ¿Qué opina?

-Con todo el respeto, además tengo a Pilar como amiga, no estoy de acuerdo. Es falso. En política es contraproducente ese pensamiento porque lleva a acomodarse y a la falta de autocrítica, pensando que los errores están siempre en los demás y no en la dirección del BNG, que siguió autista ante voces que pedíamos otro camino. La culpa no es de la gente. Estamos donde estamos como consecuencia de una línea política pactadas por quien dirigió el BNG.

-¿Qué responsabilidad le atribuye a la UPG?

-En esta última etapa no tuvieron oposición interna. Ahí están los frutos de su trabajo.

-La UPG y MGS rechazan sumarse a iniciativas como las mareas si incluye a Podemos porque diluye el nacionalismo.

-Hay que aprender de la historia nacionalista. En los años 90 también había diferentes expresiones del nacionalismo, estaba Unidade Galega y BNG. En el 94 o 95 la primera decidió que no tenía sentido ir en solitario y se fue donde estaba la mayoría nacionalista. Esas decisiones permitieron el ascenso del Bloque. Ese es el camino. Nadie oculta que dentro de En Marea hay diferentes proyectos, contradicciones, pugnas como había en el BNG. Sin ocultar eso y que el proyecto nacionalista a medio plazo irá por un camino diferente a Podemos...

-¿Pero pueden cohabitar?

-Hay que reconocer que el hecho de que haya dirigentes de partidos españoles que reconozcan de derecho a decidir y la plurinacionalidad es un avance. Quien no lo percibe está ciego. Yo quiero que este país dé pasos adelante y no quedar recluido en los muros. Para una religiosa puede estar bien; para una organización política es estéril. La lealtad es con el país y no con las organizaciones.

-¿Sopesa optar a algún liderazgo en alguna formación o alianza?

-No. Mi ciclo político, orgánico e institucional acabó.

-¿Qué le parece el liderazgo de Xavier Vence?

-Lo triste es que no fue él quien dirigió el BNG estos años. Lo que ha dicho ahora debía haberlo dicho antes. Dijo que había que tener decisiones, pero no dimitió, puso el cargo a disposición. No se puede abordar la situación del BNG como si fuese normal ni ir a una asamblea ordinaria para no dejar un vacío de poder. Hay que provocar ese efecto y que se nombre una gestora para que se vea que estamos en una situación de emergencia.

-¿Lo dirigió la UPG?

-No sé. Vence no, porque ha dicho que no se hizo lo que creía que debía hacerse.

-¿Qué futuro prevé?

-Me gustaría que hubiese una candidatura unitaria. Si no es así, poco importa donde esté el BNG. Hay que trabajar por los mismos objetivos, pero con otras formas. Si la próxima dirección persiste en la misma línea...

-¿Se plantea dejar la militancia?

-Sí.

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