En una semana crucial, a pocos días de las elecciones catalanas, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, advirtió que no tolerará que se concedan "privilegios" a Cataluña porque sería un "agravio" para la comunidad gallega. "Galicia es una nacionalidad histórica al mismo nivel que Cataluña", avisó. Y, por esta razón, dejó claro que estará "muy atento a cualquier tipo de asimetría". El jefe del Ejecutivo gallego apeló además a la colaboración entre los dos principales partidos, PP y PSOE, frente al desafío soberanista, una receta que defendió al unísono con el exalcalde de A Coruña y exembajador ante la Santa Sede, el socialista Francisco Vázquez, quien se encargó ayer de presentarlo, sin escatimar en elogios, antes de su intervención en la Tribuna Galicia del Fórum Europa.

"No oculto que siento una especial simpatía por Feijóo", proclamó Vázquez, uno de los referentes históricos del PSOE en Galicia que ahora, sin embargo, está cada vez más alejado de su partido hasta el punto de que llegó a apadrinar la presentación de Ciudadanos en Galicia. Si de Albert Rivera dijo que era "la última esperanza de la política actual", de Feijóo resaltó sus "virtudes" empezando porque es "un político salido de las urnas" y no de pactos y además tiene tras de sí una "larga y brillante trayectoria en el sector público". A su juicio, el presidente de la Xunta es "un referente" a nivel nacional "que no solo viste el cargo sino que le aporta prestigio y liderazgo".

Vázquez reconoció que fue Feijóo quien le pidió que lo presentara en la conferencia celebrada ayer en Santiago, hecho que el exregidor interpretó como un gesto para escenificar la necesidad de un acuerdo PP y PSOE ante el desafío catalán. "Cuando las aguas del río bajan turbulentas, solo se encauzan si se trabaja desde las dos orillas", utilizó como metáfora.

Feijóo hizo suyas las palabras de Vázquez pero no fue el único dirigente socialista al que citó como referente durante su discurso. En su defensa de la Constitución frente al envite independentista de los catalanes, el líder del PPdeG aseguró que compartía las palabras del expresidente del Gobierno, Felipe González: "el apego a la ley es el apego a la voluntad popular que la hace. Las leyes y las constituciones son una garantía contra la arbitrariedad y una limitación a los que gobiernan".

De esta manera recalcó que "la defensa de la casa común" no es propiedad de un solo partido. En este sentido, instó a "reforzar lazos" entre los dos principales partidos de España e insistió en la necesidad de "alejarse de la indefinición". Francisco Vázquez, sin embargo, fue el único representante socialista presente en el auditorio, donde tampoco estuvo el BNG. Al margen del PP los únicos portavoces de otras fuerzas políticas fueron el secretario general de Podemos, Breogán Riobóo, y el alcalde de Santiago, Martiño Noriega (de Compostela Aberta).

En lo que toca a Galicia el presidente de la Xunta dejó claro que no tolerará "piruetas institucionales" como una posible reforma de la Constitución que pueda otorgar "privilegios" a Cataluña. En ese caso, Galicia "volvería a hacerse oír" porque se recuperaría el espíritu de "aldraxe" que se opuso al proyecto de Estatuto de mínimos del año 1979.

Para Feijóo el problema catalán no es una cuestión económica sino identitaria y consideró que mejorar el estatus económico de Cataluña no contentaría a los independentistas. "País Vasco tiene un régimen de concierto y eso no impidió que el exlehendakari Juan José Ibarretxe presentara su plan independentista", aseguró.

Tampoco respaldó la idea de avanzar hacia un modelo federal, como propugna el PSOE. "Hay muchos Länder en Alemania que tienen menos competencias que Galicia o Cataluña", defendió.

Aunque Francisco Vázquez instó a Feijóo a que "algún día cruce el puerto de Pedrafita cuando así lo exija el bien de España", el presidente de la Xunta recalcó que su horizonte está en Galicia. "Mi lugar para vivir y trabajar está en la comunidad gallega", insistió. En su opinión, las "expectativas" de que un gallego dirija el país están "cubiertas" ya con la presencia de Mariano Rajoy al frente del Gobierno.