Diplomado en Magisterio y licendiado en Pedagogía, Manuel Martínez le acaba de dar un golpe de gracia a su partido en su tierra y de paso al secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Beteiro, en su propio feudo. Había advertido que no se iba echar a un lado ni renunciar a presidir la Diputación. De hecho, ya había confesado a sus amigos que a él no le iban hacer lo mismo que a Orozco, el exalcalde de Lugo y candidato en las pasadas elecciones que tuvo que renunciar presionado por el BNG y Lugonovo tras amenazar con no votar a favor de su investidura por estar imputado y servir así en bandeja la alcaldía al PP.

Nacido en Barralla en 1954, Manuel Martínez lleva ligado al PSOE desde 1979. Fue diputado en el Congreso durante dos legislaturas entre 1986 y 1993. De ahí dio el saldo a la política local, siendo elegido concejal de Becerreá en todas las elecciones desde 1995, hasta que en 2007 fue designado alcalde, cargo en el que sigue.

Su vida política también está ligada a la Diputación de Lugo desde el año 1999, primer como simple diputado, pero en los últimos dos mandatos como responsable de Vías y Obras del gobierno provincial bajo el mando de Besteiro, lo que le permitió tejer una red amigos por toda la provincia.

Fueron esos apoyos los que le permitieron erigirse en candidato a presidir la Diputación frente a la opción inicialmente apadrinada por Besteiro, a pesar de que el Bloque había advertido que no lo iba a apoyar por estar imputado por un presunto delito de malversación de fondos públicos en su calidad de responsable de Obras y Vías. Así que en cuanto el PSOE le pidió apartarse, cumplió su palabra y no se comportó como Orozco, aunque eso supuso darle la Diputación al PP.