A través del portal interno del empleado, la dirección de EVO, antigua filial exterior de Novagalicia que vendió al fondo Apollo, anunciaba el cierre de cinco sucursales. Son cuatro de Madrid y una en Barcelona, que la entidad achaca a la necesidad de "ganar eficiencia y rentabilidad". En ellas trabajan 27 empleados que serán reubicados. Además, el banco ha abierto, según fuentes sindicales, 9 expedientes disciplinarios que han provocado el primer enfrentamiento con la representación del personal. En enero y febrero, EVO aumentó un 9,7% los depósitos.