Caixabank es la primera entidad financiera española en activos, pero en Galicia sólo controla el 6,7% de la cuota de mercado frente al 14,6% de la media estatal. Esta cifra y su intención de centrar su negocio en España mientras persista la crisis económica bastaría para explicar el interés de la entidad catalana por NCG Banco, que le reportaría el 40% del mercado financiero gallego. La apuesta de Caixabank por hacerse con la firma ahora controlada por el FROB es firme, muy firme.

En el sector financiero apuntan a que en estos momentos el fondo norteamericano Guggenheim partiría con cierta ventaja, y por ello la entidad presidida por Isidre Fainé habría decidido contraatacar. ¿Cómo? Ofreciendo galleguidad: preservar la marca de NCG en Galicia, igual que el Pastor sigue operando como Pastor en la comunidad y no como Banco Popular; mantener una sede corporativa regional o incluso una cuenta de resultados propia, relataba ayer El Confidencial. Con esta propuesta se habría acercado al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que apostó por la fusión de las antiguas cajas precisamente para salvar el sistema financiero gallego y ha defendido la importancia de una entidad con centro de decisión en Galicia. La oferta de Fainé garantizaría además fondos para la obra social de Novacaixagalicia.

Con este planteamiento pretende hacer frente al proyecto del fondo Guggenheim que pasaría por garantizar un banco con el centro de decisiones en Galicia, lo que supondría una mayor cercanía en la toma de decisiones y un mayor conocimiento de los sectores productivos. Además respetaría las sedes y la gestión del actual equipo directivo.

El fondo, que es la oferta defendida por el presidente de NCG Banco, José María Castellano, también se emplea a fondo por hacerse con el banco gallego. Si su planteamiento inicial era comprar una parte de NCG, ahora quiere la totalidad de la entidad y esta dispuesto a una permanencia de cinco años, tal como le demandaba el Gobierno español para tener en cuenta su oferta. Además no pediría Esquema de Protección de Activos y los créditos fiscales de los que podría disfrutar son mucho menores que los que tendría cualquiera de los bancos españoles interesados en la compra (Santander, BBVA, Popular y Unicaja, aparte de Caixabank).

La oferta de Caixabank parte con la ventaja de que el FROB vende NCG y se olvida del problema, Caixabank absorbería la entidad y engordaría la firma líder del sector financiero, una firma catalana en pleno ola independentista en su comunidad de origen. La ventaja del fondo es que el Gobierno de España no vería con malos ojos vender a inversores extranjeros una entidad y demostrar que la marca España vuelva a ser atractiva fuera.