A Miguel Reboiras "siempre" le gustó conducir y no sabe "si sería capaz de hacer otra cosa", pese a que su profesión "estresa". Tras 18 años al volante, la "experiencia es un grado, aunque a veces implique errores por confiarse en exceso". Sucesos como el de Angrois le hacen consciente de esa responsabilidad que "está ahí; es algo que implica el trabajo". "Desde que coges el bus sabes que debes tener el mayor cuidado, respetar en la medida de lo posible las normas y cumplir los descansos" -que él sería partidario de elevar- "a rajatabla".

Junto a eso es trascendental, sostiene, evitar distracciones, como hablar con los pasajeros. "Cuanto menos pendiente vayas de lo que llevas dentro del bus, más pendiente vas de lo que está fuera", proclama. Llevando un bus, afirma, "no te puedes despistar". El caso del Alvia es diferente:_"Conozco a gente del sector y no debería haber pasado nada si hubiera las medidas de seguridad que tenía que haber". En un autocar, "que la seguridad del bus funcione y la mecánica esté en buenas condiciones es el 90%. El otro 10% lo pone el conductor". Además, no cabe la posibilidad de un ayudante. Por eso es son importantes, dice, las revisiones y reducir la edad del retiro. Aunque al final, admite, "muchas veces es suerte": "A veces aunque vayas atento, hay cosas que no puedes evitar".