Tras su divorcio de Amancio Ortega en 1986, la Fundación Paideia Galiza ha sido el proyecto que Rosalía Mera ha tratado con mayor mimo. La entidad nació ese mismo año con la mente puesta en uno de sus hijos, Marcos Ortega Mera, que padece una deficiencia mental. Desde entonces, Paideia Galiza ha sido el canalizador de sus inversiones en el área de la discapacidad -o de las "personas con capacidades distintas", como definía Mera- y de la integración social de gente sin recursos.

Con sede en el número 18 de la Plaza de María Pita, Mera tejió a través de esta fundación una densa red de programas dirigidos a fomentar la empleabilidad de personas minusválidas, como el proyecto Antear, que desde 1995 ha permitido a 450 jóvenes con algún tipo de problema obtener un contrato laboral en algunas empresas de renombre como Caramelo, Repsol, Vegalsa o Inditex.

Su apuesta por el potencial de los discapacitados fue a más en 2000, cuando echó a andar el grupo Trébole, un conjunto de empresas de economía social que empleaban como mano de obra a personas minusválidas. Los sectores de actividad, de los más diverso: desde la jardinería, al transporte, la limpieza, o el diseño gráfico.

A través de Paideia Galiza, Mera también intentó aportar su grano de arena a la promoción y producción musical de Galicia. Promovido en colaboración con el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), la fundación puso en marcha Mans, un vivero de empresas destinado a impulsar la creación de proyectos en sectores como el de las TIC, la industria musical y el audiovisual. En los fondos de la fonoteca del centro, que cuenta con uno de los estudios de grabación más avanzados de España, hay registrados más de 100 discos de grupos que van desde la música coral, al jazz o el folcklore gallego.

Otra de las convicciones de Mera, era la de los beneficios que las experiencias de trabajo temporales en el extranjero reportaban a los jóvenes. Por ello, con la ayuda financiera del Instituto de la Juventud (Injuve), varias decenas de jóvenes entre 18 y 30 años lograron a lo largo de los últimos años la oportunidad de desarrollar trabajos de voluntariado en ONG's, asociaciones o instituciones públicas de diferentes países europeos. También cuenta con el sello de Paideia el programa IdA-Integración, que en colaboración con el Gobierno de Alemania permitirá este 2013 a 50 gallegos encontrar un trabajo temporal allí. "Son adiestramientos acelerados para volver o no volver", aseguraba recientemente Mera .

El tejido asociativo de la ciudad y de toda Galicia también ha mantenido contacto fructífero con la fundación de Rosalía Mera. Ayudas de apoyo económico, técnico o jurídico recibieron entidades como la ONG de ayuda a inmigrantes Equus Zebra, Amnistía Internacional, a Marcha Mundial das Mulleres o proyectos culturales como O País de Nunca Máis, una iniciativa itinerante con exposiciones en torno a la catástrofe del petrolero impulsada en su momento por colectivos críticos con la gestión del Gobierno en el accidente.

De Paideia también depende el Servicio de Información e Asesoramento Xurídico e Social (SIAX), un servicio gratuito puesto en marcha, según se recoge en su web, para "responder a los problemas de naturaleza jurídica presentes en la discapacidad y la exclusión social".

La fundación Paideia constata las dimensiones del legado social de Rosalía Mera, una mujer con un patrimonio multimillonario pero que tampoco olvidó reinvertir una parte de su fortuna en "trabajar en las áreas con más déficits" de la sociedad.