Antes de que se cierre el año 2017, es decir, a cinco ejercicios vista, Novagalicia tiene que reducir su tamaño por debajo de la mitad de lo que es ahora, profundizar todavía más en la tijera en red y plantilla, con la gestión en manos de otro grupo financiero. El futuro del banco gallego, sin duda uno de los grandes protagonistas del histórico ajuste del sector, está ya escrito con las duras condiciones impuestas por Bruselas a cambio de su dinero. La inyección que finalmente recibirá, 5.425 millones de euros -1.600 menos que en el test de estrés por el traspaso del ladrillo y la quita a preferentes-, va destinada a abrillantar el negocio y dejar NCG como una entidad al servicio de familias y pymes, centrada exclusivamente en la comunidad. Sin financiación al ladrillo ni inversiones industriales. Su meta, como la de CatalunyaCaixa, pasa por el "compromiso del Gobierno", según adelantó ayer Joaquín Almunia, de "venderlas a lo largo de la reestructuración" para que "puedan integrarse en otras entidades". "Si en diciembre de 2017 esa venta no se produce -añade el comisario de Competencia-, habrá que trazar un plan de resolución ordenada".

Lo que no va a hacer la Comisión Europea, o al menos eso es lo que sostiene Almunia, es "entrar en cuándo" hay que formalizar la venta de NCG y la de la entidad catalana, para la que se reservan 9.080 millones de euros. Pero en ambos casos, Bruselas "toma buena nota de la intención" de Moncloa y confía en que se haga "antes" de cumplir los plazos porque es "mejor y más barato" que echar el cierre. Que "los efectos del plan sean percibidos" y haya "posibles inversores o compras". El Banco de España ahonda en la idea. "El plan prevé la venta de la entidad, que se realizará en cuanto se den las circunstancias adecuadas", sostiene en su nota de ayer sobre el proceso.

En el caso de Bankia, que absorberá 17.960 millones de euros -prácticamente la mitad de los 36.965 millones del primer tramo del préstamo europeo autorizado, y a lo que se suman 2.500 millones más para crear el banco malo-, la estrategia es otra. La reestructuración autorizada ayer apunta a que el grupo BFA acabe "mucho más pequeño", pero en solitario, con la opción de actuar "en otros mercados", no solo las regiones de ubicación de las cajas de las que nació.

Los otros 4.500 millones son para Banco de Valencia, con una subasta exprés que ganó Caixabank el pasado martes. ¿Por qué estas prisas? "Nuestro examen del balance concluyó que no era viable como entidad autónoma", resumía ayer Almunia, que evitó detallar cuánto más caro hubiera sido liquidar la antigua filial de Bankia "porque es información confidencial". "Pero la venta -defiende- es claramente inferior".

A grandes rasgos, son seis las premisas con las que Bruselas condiciona la viabilidad de las entidades con ayudas. El balance debe adelgazar un 60% en comparación con las cuentas de 2010, y un 50% para empleo y sucursales. Y en esa fotografía de las tripas de las entidades rescatadas no queda sitio para la promoción inmobiliaria. Ni lo acumulado hasta ahora -la mayoría quedará segregado a la Sareb-, ni nuevos préstamos. "La historia ha demostrado que no son capaces de operar en actividades de riesgo", justifica el también vicepresidente de la Comisión.

Por eso también el negocio queda solo para banca minorista. Familias y pequeñas y medianas empresas. Con un perfecto equilibrio "al 100%" entre créditos y depósitos, el llamado gap comercial de la banca. Almunia mencionó expresamente que para Novagalicia ese requisito es todavía mayor. Es decir, si para el conjunto de entidades por cada euro de crédito tiene que entrar un euro de depósitos, el banco gallego deberá reforzar la captación de fondos de clientes por encima de la cantidad que tenga en préstamo.

La dieta, salvo la excepción de Bankia, marca limitaciones geográficas. Las de origen. "Su expansión, más allá del territorio, si me permiten la consideración, y dejar la banca minorista, ha provocado elevados riesgos que están detrás de esa situación financiera y de pérdidas", afirma Joaquín Almunia, que tampoco quiso entrar en las necesidades de otras entidades. Especialmente la fusión leonesa y Caja3. "Estoy bastante satisfecho de no haber entrado nunca en un baile de cifras", ironizó, en una referencia a los cambios de números por parte del Gobierno español. Esas cantidades se conocerán el 20 de diciembre.