Observar la playa de la Lanzada, contemplar las Cíes desde las calles de Vigo o poder mantener en el horizonte una carballeira son ejemplos de vistas emblemáticas. Postales como éstas son las que la Xunta pretende blindar con una nueva normativa paisajística. Ésta obligará a los concellos a incorporar la protección, no solo de sus parajes, sino también de sus vistas, en sus herramientas urbanísticas, lo que impedirá que el cemento afecte a las estampas que los propios vecinos definan como intocables.

La Consellería de Medio Ambiente aplicará este criterio dentro de la llamada Estratexia da Paisaxe, que incluye varias herramientas ahora en tramitación. Tras delimitar las doce áreas paisajísticas de la comunidad y acotar 52 comarcas dentro de ellas, la Xunta abrirá un proceso de diálogo con los ciudadanos para establecer lo que denomina "catálogos de paisajes". "Deberemos definir lo que la gente del lugar identifica como sus hitos, los elementos que los definen: un monte facho, una fuente, una carballeira, una vistas…", explica Manuel Borobio, director xeral de Sostenibilidade e Paisaxe de la Xunta.

La protección de elementos clave del entorno no supone una novedad, pero sí las vistas. Un ejemplo: nada podría impedir una postal como la de la playa de la Lanzada. "Exactamente, estos catálogos te darán pautas para que las construcciones no te cieguen esas vistas y permitan la comprensión del lugar", detalla Borobio, que pone otro ejemplo. "Se podría impedir un determinado volumen de construcción en Vigo si afecta, por ejemplo, a la visión de las Cíes", añade.

Y es que las directrices del paisaje se convertirán en algo más que en una declaración de principios y su incumplimiento podrá derivar incluso en la paralización de una licencia o un plan de ordenación. "Puede ser excesivo, pero podría ser. Esas directrices se tienen que integrar en los instrumentos de planeamiento urbanísticos, las medidas para los ayuntamientos que no las apliquen serán las mismas, por ejemplo, para los que no cumplen la memoria de impacto ambiental", comenta. "Una vez definidas se integran en los planes y tenemos que cumplirlas como cualquier norma. Su incumplimiento conlleva un procedimiento, como ahora", añade.

Sin embargo, Borobio rechaza cualquier mensaje impositivo. "El mensaje que queremos trasladar no es tanto coercitivo, sino educativo", aclara sobre el proceso para definir los elementos paisajísticos a blindar, que será consensuado con los vecinos de la misma manera que se somete a su opinión un plan de ordenación municipal. "Pretendemos un proceso de participación ciudadana y ver qué detectan como objetivos de calidad paisajística en sus concellos", prosigue.

El proceso ya ha comenzado, aunque se aplicará en toda Galicia en 2016, cuando estén listos todos los catálogos paisajísticos. Tres comarcas están ya avanzadas: el Camino Francés, Ourense y el Deza, en la que ya el año que viene se ensayará la fórmula, pues están a punto de concluir la delimitación de sus áreas paisajísticas.