El sacerdote que concurrió en las listas del PSOE en la localidad ourensana de A Gudiña, Antonio Fernández Blanco, y al que el Obispado de Ourense decidió suspender del ejercicio público del ministerio pastoral por resultar incompatible con la actividad política, comunicó ayer a la formación socialista su decisión de renunciar al acta de concejal que obtuvo el pasado sábado en la constitución de la nueva corporación municipal.

El sacerdote comunicó ayer por la tarde a los socialistas su decisión de abandonar el Ayuntamiento tras consumir los tres días de reflexión que había solicitado. Fernández Blanco da este paso después de que el Obispado de Ourense anunciase el lunes que quedaba apartado de sus funciones pastorales. La suspensión, advirtió por entonces el Obispado, se mantendrá hasta que el sacerdote "acredite fehacientemente", algo que queda "a juicio del obispo", haber renunciado "a cualquier cargo, compromiso o actividad política" y estar "en actitud de actuar en comunión con la Iglesia".

Mientras tanto, el Obispado de Ourense recibía "con enorme alegría esta noticia y también con tranquilidad porque pone fin a una situación que se ha generado estos días y que ha sido difícil para todos", declaró Jorge Estévez, delegado de medios de la diócesis de Ourense.

La otra cara de la moneda la representaban los compañeros del sacerdote en el grupo municipal del PSOE en A Gudiña. "Respetamos su decisión, pero nos da una enorme pena; no teníamos tan claro que fuera a tomar esta determinación", explica la edil socialista Ana Moráis. El PSOE se muestra convencido de que el párroco se ha visto obligado, por las presiones, a renunciar a una vocación y a un derecho.

Jorge Estévez recordó que el sacerdote estaba advertido por el administrador apostólico de Ourense de que no debía continuar adelante y que por tanto será a él a quien tenga que comunicarle en primer término su decisión. El administrador apostólico de Ourense, es actualmente Luis Quinteiro Fiuza, obispo de Tui-Vigo.

Él fue quien firmó el acta de la suspensión del ejercicio del sacerdocio, lo que implicaba la prohibición de ejercer el ministerio pastoral en las parroquias que tenía encomendadas, que son las de Santa María del Destierro de Corna, Santa María de Carballeda, Santiago de Torrezuela y San Juan de Coira, en el concello ourensano de Piñor de Cea.

Por eso ahora el sacerdote tendrá que esperar a que el administrador apostólico le dé un nuevo destino, "que podría ser el mismo que tiene hasta ahora o no, pero eso ya no depende de nosotros, sino del señor Quinteiro Fiuza", advierte el vicario de medios de la diócesis.

El traslado de Antonio Fernández Blanco desde A Gudiña, donde ejerció como párroco desde 2001 a 2009, se produjo en contra de la voluntad de la mayoría de su feligresía, que refrendó con 1.200 firmas su rechazo al traslado del párroco. Ahora en Piñor de Cea, donde llevaba año y medio de párroco antes de la suspensión, también advierten de que no permitirán la entrada en sus parroquias de otro sacerdote que no sea Antonio Fernández.