La sede del sindicato UGT en A Coruña fue atacada con un cóctel molotov que solo provocó daños en la puerta principal del inmueble, según confirmó la organización sindical. Su secretario comarcal, José Carrillo, atribuye los hechos a un "pequeño grupo de delincuentes", tras otros incidentes registrados en los últimos meses –pintadas, puertas estropeadas o manchas de pintura en la fachada–, y avanzó que presentarán una denuncia ante lo que rechazó describir como "simple gamberrada".

El atentado contra la sede de UGT se produce solo dos semanas después de que en Negreira se registrase el séptimo ataque –esta vez con piedras– contra una sede socialista, que ocurría el mismo día –y con el mismo modus operandi– que el registrado en la sede del BNG en Santiago. También el PP denunció entonces pintadas en la fachada de su sede de A Guarda.

A la sede de UGT de la calle Fernández Latorre se desplazaron efectivos de la policía científica y de los Tedax para recoger muestras y huellas y tomar fotografías. Fuentes consultadas aseguran que se localizó un envase "pequeño", similar a una botella de agua, que contenía el líquido inflamable. Por el tamaño del envase "ni siquiera puede considerarse un cóctel molotov o un artefacto incendiario", matizaron.

Las reacciones de condena no se hicieron esperar. Desde el sindicato CC OO de Galicia expresaron su solidaridad con UGT de A Coruña. El secretario xeral, José Manuel Sánchez Aguión, afirmó que "los violentos no podrán con el sindicalismo de clase" y vinculó los hechos con anteriores agresiones a las dos organizaciones sindicales, ya que, señaló, el año pasado instalaciones y viviendas fueron "agredidas" con artefactos similares.

Los socialistas también se unieron a la condena. La Agrupación Coruñesa cree que estos hechos "atentan contra la democracia y la libertad". El Concello de A Coruña –que mostró su "enérgico" rechazo–, y la Xunta, que condenó "rotundamente" la acción, aseguró que los ataques contra entidades "propias de la democracia" que se registraron en los últimos meses "no enturbiarán la pacífica convivencia" de la sociedad gallega.