Un año después de que la crisis láctea hiciera peligrar el futuro de la factoría lucense de Pascual, otra planta láctea gallega vuelve a estar en el punto de mira, aunque por motivos diferentes. El acuerdo ayer entre Ebro Puleva y el grupo francés Lactalis, que adquirirá Puleva Food por 630 millones de euros, ha sido recibido en Galicia con una mezcla de inquietud y desconfianza por los distintos eslabones del sector lácteo gallego. Así, mientras los tres sindicatos agrarios consideraron la operación una "mala noticia" y responsabilizaron al Gobierno central por no haber impedido que el único grupo lácteo español que quedaba pase a manos francesas, representantes de la industria en Galicia lamentaron que el "puzzle" lácteo español lo vaya a completar Francia ya que Lactalis se convertirá tras esta operación en "el gran líder" del sector lácteo en todo el país.

Uno de los cuatro centros de producción de la división láctea de Puleva en España está en Nadela (Lugo), donde la noticia fue recibida con cautela. Representantes de los 110 trabajadores con los que cuenta la planta lucense explicaron, no obstante, que en un principio no temen por sus empleos. Eso sí, el secretario provincial de CC OO en Lugo, Jesús Castro, admitió que existe "preocupación" por la llegada de empresas foráneas ante el "miedo" de que no inviertan en la provincia. El grupo francés acaba de realizar una gran inversión para adquirir una empresa "que tiene beneficios", remarcó.

CC OO –que junto con la CIG está representado en el comité de empresa de la planta lucense– anunció que solicitará una reunión con responsables de Lactalis para que confirmen que la adquisición de la división láctea de Ebro Puleva no afectará a la estabilidad de los puestos de trabajo en su centro de Lugo.

Mucho más duros en su lectura de la operación, los tres sindicatos agrarios gallegos –Sindicato Labrego Galego, Unións Agrarias y Xóvenes Agricultores– coincidieron en que la venta de Puleva Food a Lactalis es una "mala noticia" ya que supone que el último grupo lácteo español pase a manos del "peor de los postores". En esta línea, el secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, acusó al Gobierno de "dejadez" en la defensa del sector lácteo español mientras Francisco Bello, líder de Xóvenes Agricultores, vaticinó que la operación será a largo plazo "nefasta" para los ganaderos gallegos y lamentó que el Ministerio de Medio Ambiente no respaldase ala empresa asturiana Clas para que se hiciera con el grupo español.