El turismo gallego acaba de cerrar un 2009 negro, durante el que visitaron la comunidad menos personas y con un perfil mucho más ahorrador que en años anteriores. La estadística sobre el gasto turístico en Galicia confirma los peores augurios del sector, que sin restarle importancia a la caída de visitantes, insistía en que el dato realmente preocupante era el de los ingresos.

Las cifras recabadas por el Instituto Galego de Estatística (IGE) así lo confirman. Durante 2009 los turistas se dejaron en la comunidad 575,6 millones de euros, es decir, 37,8 millones menos que un año antes. Este descenso del 6,2% en el gasto turístico unido a la caída del número de visitantes –3,39 millones de turistas, 133.400 menos que en 2008 y la cifra más baja de los últimos cinco años– son el reflejo de una crisis económica que también ha golpeado con fuerza al sector turístico.

Cada turista que pasó por Galicia el año pasado se dejó una media de 110,7 euros al día, 4,2 menos de lo que se habría gastado en sus vacaciones un año antes. En A Coruña cada visitante dejó 117,5 euros al día frente a los 125 del año anterior. El gasto cayó también en Pontevedra –107,1 euros de gasto medio frente a los 110 euros de 2008– y en Lugo –pasando de 101,5 euros a 97,8–. Ourense logró cerrar el año con un mayor gasto medio por turista –108,5 euros frente a 99,4–, aunque esto no impidió que los ingresos globales del sector cayesen también.

Esta contención por parte de los turistas se traduce en un descenso generalizado de los principales capítulos de gasto, desde el alojamiento hasta la comida. Y es que pese al tirón que ha tenido la gastronomía gallega, la crisis también ha obligado a apretarse el cinturón a los amantes de la buena mesa. Según los datos del IGE, los visitantes se dejaron casi 169 millones de euros en los restaurantes gallegos, lo que representa el 29,3% de su gasto total. Sin embargo, sólo un año antes este ámbito se llevaba casi el 33% del gasto turístico y 32,7 millones más de los que ingresó durante 2009.

También la partida dedicada a alojamiento se reduce –dejando en los hoteles 10 millones de euros menos que el año anterior– y cae el presupuesto reservado a regalos y souvenirs –que pasó de 62,8 millones de euros a 51,8 millones–.

El único apartado del gasto turístico que parece crecerse incluso en tiempos de crisis es el ocio. Y es que las personas que visitan la comunidad gallega parecen más dispuestas a renunciar a una mariscada que a pasárselo bien a juzgar por los 33,1 millones de euros que se gastaron en 2009 en este capítulo frente a los 22,2 millones del año anterior.