En 1998 Galicia contaba con 40.566 explotaciones lácteas; veintiún años después, se mantienen poco más de 13.500. El continuo descenso de los precios en los últimos meses podría provocar la quiebra inminente de muchas explotaciones, aseguran los sindicatos.

Un estudio del Observatorio del Sector Lácteo situó, en 2005, en 0,29 euros el precio de producción que debía alcanzar la leche para que las explotaciones comenzaran a obtener beneficio. No obstante, a día de hoy, es posible encontrar un litro de leche por menos de 50 céntimos de euro en cualquier supermercado en Galicia.

De esta manera, en apenas 30 céntimos se concentra el margen de beneficios de todos los agentes implicados en la producción láctea: productores, industria y distribuidores.

"En estos momentos las multinacionales de la distribución son las que están mandando en el mercado y el problema es que los gobiernos les están dejando", se lamenta la secretaria general del Sindicato Labrego Galego (SLG), Carmen Freire.

En enero de 2009, los productores gallegos recibieron, de media, unos 32,37 céntimos por litro, una cifra inferior, incluso, al coste de producción fijada en los 36 o 37 céntimos. Por este motivo, los ganaderos "están poniendo dinero de otros recursos o de sus propios ahorros para mantener sus explotaciones", dijo Freire.

La situación, sostienen los productores, es ya insostenible. La bajada de precios prevista para las próximas semanas situará el litro de leche apenas por encima de los 25 céntimos, lo que podría provocar la desaparición, a finales de abril, de un gran número de explotaciones, anunció la responsable del SLG.

Sindicatos y cooperativas culpan a las multinacionales de la distribución de la actual situación del sector lácteo. "Las distribución presiona sobre las industrias y estas sobre los ganaderos", explicó la secretaria general del Sindicato Labrego Galego.

Las grandes compañías que controlan la distribución exigen que a una parte de la producción se le dé salida como marcas blancas, y, para lograrlo, advierten a la industria láctea con no colocar sus productos en los expositores. Finalmente, esta presión revierte sobre los productores porque la industria se niega a recoger más leche hasta que los ganaderos bajan los precios.

En febrero de este año, la producción cayó un 7 por ciento, pero a pesar de ello la industria "amenaza con no recoger la leche", señala el secretario general de Jóvenes Agricultores, Francisco Bello. "Las vacas no tienen un grifo que puedas cerrar", añadió.

No obstante, esta reducción en la producción, que en 2008 alcanzó en Galicia las 2.300.000 toneladas -el 38 por ciento del total estatal-, no repercute en una subida en los precios. El sector se ahoga en su propio exceso de producción.

Durante la última década, los productores han demandando incesantemente un incremento en su cuota de producción para poder mantener la rentabilidad de sus explotaciones. Sin embargo, la realidad indica que en España sobran ya medio millón de toneladas de leche. "La política de cuotas tiene que redistribuirse e incluso reducirse", afirmó Carmen Freire.

En Galicia, además, muchas explotaciones han sobredimensionado su cuota de producción para poder mantenerse dado que no existe un precio mínimo que cubra, como mínimo, los costes de producción. "No queremos trabajar más, lo que queremos es tener un medio de vida digna", añade Freire.

Este exceso de producto en el mercado llevó a la Unión Europea a iniciar un mecanismo de intervención que dirige los excedentes, por los que los productores reciben 16 céntimos por litro, a la producción de leche en polvo. Francisco Bello considera que esta práctica es un "engaño tremendo por parte de la industria y la distribución", al explicar que esta leche se reutiliza luego para el consumo humano.

Las grandes multinacionales distribuidoras se están aprovechando de los excedentes de producción para importar leche de cualquier parte de Europa a precios inferiores a los costes de producción. No obstante, la situación del mercado lácteo podría empeorar en 2015 cuando la Unión Europea elimine definitivamente el sistema de cuotas. A partir de ese momento, la producción láctea circulará libremente por el mercado comunitario, lo que para Carmen Freire beneficiará a las multinacionales del sector, "porque podrán tener leche barata de todo el mundo".

Por este motivo, los ganaderos piden a la Administración que adopte medidas urgentes; el empleo de 25.000 personas está en juego.