Los trece tripulantes españoles del atunero "Playa de Bakio" descansan ya con sus familias, tras un largo viaje desde las Islas Seychelles hasta Vigo y Loiu (Vizcaya), "aliviados" por volver a su tierra tras el duro secuestro al que fueron sometidos durante siete días por parte de piratas somalíes.

"Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra", afirmó uno de los ocho marineros gallegos a su llegada al aeropuerto de Peinador de Vigo, mientras los otros cinco, vascos, volaron hasta Vizcaya, después de haber hecho una escala a las 07:15 horas en la Base de Torrejón de Ardoz.

En manga corta y con expresión cansada y seria, los tripulantes -que pasaron la mayor parte de las diez horas y media que duró el vuelo desde el Índico durmiendo tras no haber descansado durante su secuestro- fueron recibidos en el aeródromo madrileño por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, así como el armador del buque, Borja Soroa.

Los 13 africanos del atunero vasco se han quedado en las Islas Seychelles, desde donde partirán hacia sus respectivos países de origen en vuelos costeados por la compañía pesquera a la que pertenece el atunero.

Tras la escala en Torrejón, los ocho marineros gallegos tomaron un vuelo hacia Vigo, donde llegaron a mediodía y fueron recibidos por sus familias y por el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, quien además de agradecer la gestión del Gobierno en el secuestro valoró que se haya comenzado a "dar pasos para lograr que situaciones de este tipo no vuelvan a repetirse".

El contramaestre del atunero, Ángel Fernández, relató a la prensa los episodios más duros de la experiencia: el momento en el que fueron asaltados mientras cenaban y, al final, antes de la liberación, cuando fueron echados al suelo en cubierta y amenazados con armas, lo que les llevó a pensar que nunca volverían a ver Galicia.

Explicó que los piratas aparecieron con un lanzagranadas que reventó todos los aparatos del pesquero. "Nos ametrallaron con kalashnikov", y "a partir de ahí fuimos rehenes, no tuvimos opción a nada", afirmó, recordando cómo constantemente los asaltantes hacían el gesto de cortarles el cuello "cuando te pedían una cosa y te negabas".

"Sabes que existen los piratas", señaló el veterano marinero, que sin embargo apuntó que nunca antes habían tenido problemas pese a que llevan faenando en estos caladeros del cuerno de África desde el año 86 y, probablemente, volverán a hacerlo, porque "es donde trabajas".

Respecto a si se pagó un rescate por su liberación, el marinero dijo ignorarlo.

Precisamente sobre este asunto evitó responder la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión del Consejo de Ministros, quien se limitó a decir que el Ejecutivo "ha hecho todo lo que debía de hacer y nada de lo que no debía hacer" con el objetivo primordial de traer a los secuestrados "sanos y salvos".

El patrón del pesquero, Amadeo Álvarez, indicó tras llegar a su domicilio, aún "con el susto en el cuerpo", que lo más difícil de aguantar en el cautiverio han sido "las insolencias" de los piratas, para quienes la vida de los tripulantes "vale menos que una cucaracha".

Así, corroboró que el momento en el que más temieron por sus vidas fue antes de ser liberados, cuando los asaltantes "nos tiraron como colillas" en el suelo del barco.

Las muestras de emoción se han sucedido en todos los recibimientos, y a las celebraciones que todos protagonizarán por su regreso se sumará, en el caso del marinero Cándido Senra, la celebración de su cumpleaños (que fue el día 24, durante el cautiverio) y del 16 cumpleaños de sus hijas gemelas.

Los cinco marineros vascos, por su parte, llegaron sobre la una de la tarde al aeropuerto de Loiu (Vizcaya), donde se pudieron reunir por fin con sus familiares, que les esperaban en la sala de autoridades ansiosos y nerviosos.

A los marineros les acompañaron el delegado del Gobierno, Paulino Luesma, y el consejero de Agricultura y Pesca, Gonzalo Saéz de Samaniego.

En una breve intervención sin preguntas de los periodistas, el marinero de cubierta vizcaíno Gotzon Clemos dio "muchísimas gracias" por el recibimiento y destacó que el Gobierno central y el vasco "se han portado divinamente" con ellos.

Tras posar para la foto oficial en la puerta de llegadas del aeropuerto, cada uno de los marineros emprendió la vuelta a casa junto a sus familiares