El actual modo de vida de los gallegos ha disparado en los últimos cuatro años el consumo de tranquilizantes. Así lo confirmó ayer el director xeral de Asistencia Sanitaria, Julio Villar, quién explicó que el estrés provocado por el ajetreo diario es una de las principales causas del incremento en el consumo de este tipo de fármacos.

En respuesta a una pregunta del PPdeG en la comisión de Sanidad del Parlamento gallego, Julio Villar destacó que son las mujeres las que más recurren a los tranquilizantes. Así, precisó que en estos cuatro años las gallegas superaron los dos millones de recetas, mientras que las de los hombres fueron 895.000, menos de la mitad.

El director de Asistencia Sanitaria se mostró preocupado por el incremento de problemas relacionados con la ansiedad o la depresión entre la población gallega. Según dijo, el 75 por ciento de las consultas a los psiquiatras son por este motivo.

Los ansiolíticos son además el fármaco más recetado entre mujeres de 45 a 64 años, tras los antiinflamatorios, y los quintos en el caso de los hombres.

"La forma de enfermar de la mujer requiere un trato específico y esperamos resultados sobre una investigación que hemos iniciado en no mucho tiempo", avanzó el director xeral de Asistencia Sanitaria.

Además del estrés, otra de las razones que ha influido en el incremento del uso de los tranquilizantes ha sido la "percepción y la valoración subjetiva" que los gallegos tienen de la angustia y la ansiedad.

Según el director xeral de Asistencia Sanitaria, ha bajado la "tolerancia" de la población a este tipo de trastornos y, por ello recurren más al médico.

A esto se añade una amplia cobertura sanitaria que ha permitido aumentar el número de dispositivos asistenciales y de profesionales. Esto ha permitido, según Julio Villar, atender a un mayor número de pacientes.

La eficacia de los fármacos contra estas patologías ha sido otro factor que, según el Sergas, ha podido desembocar en un aumento de su consumo.

El incremento en la ingesta de ansiolíticos por parte de la población gallega ha sido constante en los últimos cuatro años. Sólo el año pasado el aumento registrado ha sido del 3,4 por ciento en relación al periodo anterior, una subida inferior, sin embargo, a la registrada en 2005 de alrededor del 4 por ciento.