Los "tedax" de la Guardia Civil explosionaron ayer una bomba encontrada en una urbanización en obras en Nigrán, evitando que se produjesen heridos o daños materiales. Dos albañiles hallaron el artefacto en uno de los chalés de este complejo residencial, denunciado por supuestas irregularidades urbanísticas. Aunque todavía se ignora el móvil, fuentes próximas a la investigación no descartan que el propósito de quien lo colocó fuese llamar la atención sobre una construcción polémica, que en el pasado suscitado protestas vecinales, ya que alegan que se encuentra en un paraje natural protegido y que quita las vistas a viviendas cercanas.

El hallazgo del paquete se produjo en torno a las doce del mediodía en el grupo de chalés del proyecto Altamira Residencial, ubicado en la calle Francisca Lago del barrio de Cotros, en la parroquia nigranense de San Pedro de A Ramallosa. Dos operarios, Joaquim Martínez y Cándido Torres, de nacionalidad portuguesa, detectaron una bolsa de basura de color negro en una habitación de la primera planta de la vivienda número 2 de la urbanización. El bulto, que se encontraba sobre un ladrillo, contenía una olla a presión con una nota que advertía "perigo bomba", según relataron los propios trabajadores. Acto seguido, ambos llamaron a otro compañero, el baionés Ricardo Miniño, para que observase el artefacto y llamaron a los responsables de la constructora y a la Guardia Civil de Baiona.

Los agentes se personaron en la zona en pocos minutos, desalojaron a los operarios y solicitaron la intervención de los Técnicos Especializados en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax), que también acudieron enseguida al lugar. Por su parte, la Policía Local de Nigrán se ocupó de cerrar la calle al tráfico y de que los vecinos de la zona permaneciesen en sus casas para evitar daños personales en caso de una explosión accidental.

Sin detonador

Tras una primera inspección, perros adiestrados detectaron el explosivo y los agentes se dispusieron a detonarlo de forma controlada en el entorno del complejo residencial pasadas las dos y media de la tarde. La explosión no ocasionó daños en el entorno, ni siquiera podían apreciarse huellas de su onda expansiva en los alrededores de los chalés, tras quedar destrozada la tartera en la que se hallaba el material.

Fuentes próximas a la investigación indicaron en un primer momento que el material utilizado podría ser pólvora o cloratita, según los restos depositados en los pedazos de la olla. Al parecer, el artefacto no disponía de detonador, por lo que los efectivos del Tedax aportaron uno para provocar la explosión. Aunque todavía se desconocía ayer la cantidad de explosivos colocados en el paquete, el entorno del caso consideraba que no alcanzaría una potencia muy elevada. Los agentes abandonaron el lugar a las cinco y trasladaron los restos del artefacto a Madrid para analizarlos.

Fuentes cercanas a la investigación aseguran que todavía se ignora cuál era el móvil. No obstante, indican que la presunta irregularidad urbanística de las obras podría tener relación con la colocación de la bomba. El complejo residencial ocasiona malestar a algunos vecinos del entorno por sus dimensiones, ya que resta vistas a varias viviendas. Algunos vecinos presentaron el año pasado un escrito en el Ayuntamiento de Nigrán para advertir del "exceso de altura".

Asimismo, un particular denunció la urbanización en dos ocasiones. La primera, por cuestiones relacionadas con los muros y las rasantes de la obra y, la segunda, porque se encuentra en un espacio paisajístico a proteger. Aunque poco probable, no se descarta la autoría de algún grupo independentista, aunque este tipo de grupos acostumbra a reivindicar los actos.