El aislamiento social y el fin de curso han elevado los cuadros de ansiedad entre adolescentes. La mayor exigencia académica tras la laxitud del confinamiento y la ausencia de vías de escape como la socialización y el deporte han disparado las consultas por este tipo de trastornos entre los más jóvenes, tal y como apuntan los expertos. El psicólogo Daniel Novoa aporta unas pautas para que los padres puedan ayudar a sus hijos adolescentes ante estas crisis en esta etapa tan crucial.

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  • Tratarlo como un adulto, como le hablarías a un buen amigo que te preocupa. La actitud condescendiente y de superioridad puede generar rechazo.
  • Mantener la calma y entender su momento vital (nosotros somos los adultos), pero dejar claro que la dignidad, el respeto y una sana convivencia son innegociables (poner consecuencias proporcionadas y desde la calma si fuese necesario).
  • Convencer desde la propia experiencia vital (humildad) de que buscar ayuda no es algo malo, ni hacerlo te convierte en menos valioso o competente.
  • Buscar aliados que puedan ayudar a tu hijo o hija si es que hacerlo tú directamente no te lo permite o hay una barrera demasiado grande. El orientador del centro educativo, un familiar, un monitor o un amigo de confianza pueden ser opciones a tener en cuenta.
  • Prestar toda la ayuda posible, siempre que dispongamos de los recursos necesarios, con el condicionante de que se trata de una crisis y como medida extraordinaria. Lo más importante es la salud mental.
  • Practicar distracciones sanas, descargar tensión con el deporte o la actividad física, quedar con amigos que pueden prestar apoyo y entretenimiento, o tratar de evitar discusiones con buen humor (sin olvidar que hay límites que no se pueden sobrepasar) son otras recomendaciones genéricas, pero que según cómo o cuándo se propongan pueden funcionar o no.