A los pies de los caballos

Un selecto grupo

Edición fotográfica sobre origial del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión plenaria del pasado miércoles.

Edición fotográfica sobre origial del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión plenaria del pasado miércoles. / Eduardo Parra (Europa Press)

Rafa López

Rafa López

Cuando Twitter era Twitter y no X, allá por 2015, un añorado tuitero gallego, Javier Pérez-Cepeda, alias Churruca, dejaba una de esas frases que merecen esculpirse en mármol: “En cada generación hay un selecto grupo de idiotas convencidos de que el fracaso del colectivismo se debió a que no lo dirigieron ellos”. La cita es tan buena que sirve también para el conflicto palestino-israelí.

Porque, efectivamente, en cada generación hay un selecto grupo de idiotas convencidos de que el fracaso del proceso de paz en Oriente Medio se debió a que no lo dirigieron ellos. Hoy ese selecto grupo está encabezado por Pedro Sánchez, que ha tenido la brillante idea de reconocer el Estado palestino como premio a la mayor matanza de judíos desde el Holocausto. Decidido a demostrar que en su persona el adanismo es tan fuerte como el narcisismo, Sánchez propone la solución de los dos Estados. ¿Cómo no se le había ocurrido a nadie antes?

Fue la ONU la que propuso la creación de un Estado árabe y otro judío en 1947, una solución que los países árabes rechazaron. En lugar de construir su propio Estado, decidieron que era mejor atacar a Israel el mismo día en que proclamó el suyo. Y así comenzó la primera guerra árabe-israelí, en 1948.

Casi veinte años después, tras la Guerra de los Seis Días, Israel ofreció territorios a cambio de paz. La respuesta de la coalición árabe fue no a la paz, no al reconocimiento y no a la negociación.

Fracasaron también los acuerdos de Camp David (1978) y de Oslo (1993), y cuando en 2005 Israel se retiró unilateralmente de Gaza, dejando intactas valiosas infraestructuras, los palestinos decidieron destruirlas y dilapidar los miles de millones de euros de ayuda internacional en acumular armas y construir túneles para ocultar a los terroristas.

Ahora, cuando todavía hay 128 israelíes secuestrados por los terroristas, y meses después de una masacre terrorista con 1.139 asesinados, entre ellos dos españoles, Pedro Sánchez resuelve premiar a Hamás por su “hazaña”. Hamás ya le ha agradecido varias veces a Sánchez su postura, aunque a esta organización fundamentalista islamista le importa poco tener un Estado palestino. Cualquiera que lea la Carta Fundacional de Hamás (1988) verá que su principal objetivo es la aniquilación del Estado de Israel a través de la yihad, la guerra santa islámica: “No existe ninguna solución al problema palestino sino por medio de la Yihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales no son sino una perdida de tiempo, un ejercicio inútil” (Carta Fundacional de Hamás, art. 13)”.

¿Qué territorio se reconoce? ¿Con qué fronteras? ¿Bajo qué autoridad? ¿Con qué capital? El reconocimiento del Estado palestino por parte del Gobierno de Sánchez es injusto e inoportuno. No beneficia ni a los israelíes ni a los palestinos. Tampoco a los españoles, salvo a uno, el presidente del Gobierno, que ya tiene otra cortina de humo.

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