El teléfono llegó a Galicia por Vigo

La ciudad olívica acogió el primer aparato de telefonía y la Compañía Telefónica, que cumple cien años, inauguró su primera central gallega en la calle Urzáiz

Sendos modelos de teléfonos antiguos.

Sendos modelos de teléfonos antiguos. / FDV

Salvador Rodríguez

Salvador Rodríguez

Los inicios de la historia del teléfono, uno de los inventos que más han revolucionado las comunicaciones en el mundo (y ya no digamos hoy en día) están plagados de leyendas urbanas.

Para empezar, y hasta hace muy poco, las enciclopedias universales atribuían, unas con más dudas que otras, la invención del artilugio al escocés Alexander Graham Bell pero, en 2002, el mismísimo Congreso de los Estados Unidos destapó al “impostor”, aprobando, como resultado de unas pormenorizadas investigaciones, una resolución por la cual se reconoce, oficialmente, que su verdadero creador fue el ingeniero italiano Antonio Santi Giusseppe Meucci, “quien trabajando en el sótano de su casa en Staten Island desarrolló en el año 1857 un nuevo sistema de transmisión por cable que mediante vibradores transmitía palabras”.

La frase entrecomillada la hemos extraído del libro del vigués José Ramón Cabanelas, autor de “Vía Vigo”, quien a su vez encontró el dato en la “Historia inédita de la ciudad de Vigo” que dejó escrita en 1949 el que fuera cronista oficial de la ciudad, Avelino Rodríguez Elías.

Es también el citado José Ramón Cabanelas quien nos remite a Rodríguez Elías para desmentir otra leyenda urbana, esta vez genuinamente viguesa, según la cual la primera llamada teléfonica de Galicia habría sido realizada (o recibida) en 1882, en la calle del Príncipe, y concretamente, en la casa del industrial Antonio López de Neira. “Eso no pudo ser”, sostiene Cabanelas. “¿Por qué?”, le preguntamos. “Pues porque en ese año Vigo todavía no tenía red telefónica, por lo tanto López de Neira no habría podido efectuar o recibir llamada alguna. Lo que no discuto es que tuviese el primer aparato teléfonico que llegó a Galicia, pero en 1882 tenía que estar por fuerza desconectado”.

El mérito de López Neira

A López de Neira, sin embargo, hay que reconocerle que jugó un importante papel en la (verdadera) llegada del teléfono a Vigo, mérito que es reconocido por Cabanelas en “Vía Vigo”, basándose nuevamente en Rodríguez Elías. Y ahí leemos: “En Vigo, le correspondería el privilegio al empresario Antonio López de Neira de establecer la primera línea telefónica de la provincia de Pontevedra. Poseía este vigués de adopción una fábrica de papel en Lavadores de nombre La Cristina, y en el año 1886, soliticitó autorización para unir esta fábrica con su despacho en la casa número 8 de la calle del Príncipe por medio de una línea telefónica” que, añadimos, por Real Orden del 13 de enero del año 1887, le fue concedida, celebrándose su inauguración el 17 de marzo de este mismo año.

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Operadoras de la centralita telefónica de la calle Colón de Vigo, en 1926. / Archivo Pacheco

Más datos. El miércoles, 11 de septiembre de 1889, FARO DE VIGO, una de las primera empresas gallegas que incorporó el teléfono a sus instalaciones, publicaba una noticia con el siguiente texto: “Próxima la apertura de la red telefónica en Vigo, creemos de oportunidad hacer conocer a nuestros lectores algunos datos que servirán para formar completa idea del nuevo servicio que se implanta en nuestra ciudad. La estación Central y oficinas están situadas en el núm. 54 de la calle del Príncipe; la primera está montada con los últimos adelantos, empleándose cuadros conmutadores servich-boards (…) A cada cuadro, concurren las líneas, a doble circuito metálico, de 50 abonados, pasando antes por la torre de hierro…”.

Todavía faltaba por llegar a la ciudad la Compañía Teléfónica, cuyo centenario se celebra este año, pero una foto del Archivo Pacheco, datada en 1926, delata que antes de que se instalase la primera sede de la Compañía en la ciudad olívica, ya funcionaba una centralita en la calle Colón, desde la que se establecía la comunicación entre los abonados al teléfono “a través de jacks que unían telefónicamente al que emitía la llamada y a quien la recibía”, precisa José Ramón Cabanelas.

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addas. // Faro | // ARCHIVO PACHECO/FDV

Edificio de la centralita de la calle Colón, en 1926. / Archivo Pacheco

Los cien años de Telefónica

Por el ingeniero Francisco Javier Aldara, sabemos que el 25 de agosto de 1924, Alfonso XIII firmó el decreto que concedía a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), filial de la neoyorquina International Telephone and Telegraph Co. (ITT), el monopolio de explotación del servicio. “Como contrapartida -refiere Aldara- debía cumplir una serie de condiciones legales, económicas y técnicas recogidas en un contrato que se rubricó cuatro días después. La más importante era la construcción, en el plazo de cinco años, de una red de nueva planta, para la implantación de la telefonía automática en diecisiete ciudades españolas”. En esa lista ya figuraban A Coruña y Vigo, incoporándose un poco más tarde a Santiago de Compostela. Y escribe Aldana: “Las centrales gallegas se proyectaron entre 1927 y 1928 y se construyeron de manera casi simultánea. Vigo se completó en 1929 y A Coruña y Santiago en 1930 (…) La central de Vigo, que vivía entonces una época de gran desarrollo, se levantó en la calle Urzáiz”.

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addas. // Faro | // FDV

Antiguo edificio de Telefónica en la calle Urzáiz. / FDV

Estas tres primeras centrales gallegas de Telefónica fueron diseñadas por José María de la Vega Samper, un profesional que tuvo una gran influencia en el desarrollo de este tipo de arquitectura que, habitual en Estados Unidos, por aquel entonces era muy poco habitual en Europa. 

Así se explica que las centrales telefónicas tuviesen que seguir la norma norteamericana de “edificios industriales que esconden su naturaleza” aunque, en Vigo, De la Vega Samper se encontró con edificios como La Peineta (1926), el Garaje Americano (1929) de Jenaro de la Fuente Álvarez, o el Círculo Mercantil e Industrial, que hablaban por sí solos del gusto vigués por la arquitectura comercial de influencia anglosajona.

“En este entorno -explica Francisco Javier Aldana- De la Vega encontró un ambiente propicio para su habilidad con el lenguaje a la americana. La distribución interna es la común en las centrales de tamaño medio: planta baja abierta al público con locutorio y oficina comercial, y pisos primero y segundo dedicados a equipos y servicios internos”.

No resulta ya extraño, así pues, que la central viguesa de Telefónica fuese la que primero entró en funcionamiento en Galicia, ganándole la partida a A Coruña y Santiago de Compostela.

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