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Patricia Hermida, en la Plaza de Compostela de Vigo.ALBA VILLAR

Mujeres fuera de serie

Cazadora de ritmos y maga del directo

Patricia Hermida es una de las principales expertas de la industria musical en Galicia. Representante de artistas como Heredeiros da Crus o Mercedes Peón, la viguesa destaca por su compromiso con la diversidad y la defensa de los profesionales

Cuando de niña Patricia Hermida fue a ver en Castrelos un concierto de Mecano y Ana Torroja dio las gracias a su mánager, Rosa Lagarrigue, a la viguesa le entró una enorme curiosidad por saber qué era un representante de artistas y por qué su ídolo lanzaba ese mensaje repleto de respeto, cariño y admiración hacia aquella mujer.

Años después, la propia Patricia ha gestionado desde su empresa Dotbeat a numerosos músicos como Mercedes Peón, Susana Seivane, Heredeiros da Crus y Os Resentidos. Y no solo eso, la viguesa -que hizo sus pinitos también sobre el escenario como miembro del grupo Ávalon- organiza conciertos, festivales y giras con una visión en pro de la diversidad, una cualidad que no ha pasado inadvertida en el sector y por la que le han premiado con galardones como el Premio a la Excelencia en los Iberian Festival Awards. También es una firme defensora de la profesión, a la que representa como presidenta de la Asociación Galega de Empresas Musicais (AGEM) ó en Mujeres en la Industria de la Música, de la que fue cofundadora.

  • ¿Quién soy?

    “Una mujer trabajadora, constante y positiva. Convencida de que cuando te propones algo puedes conseguirlo”

Patricia Hermida era una niña pizpireta, súper sociable y cantarina que vivía en Cabral con sus padres, que nada tenían que ver con el mundo de la música: su padre era funcionario en el ayuntamiento y su madre tenía un taller de arreglos de ropa.

Con solo cuatro años iba sola al colegio, el Santa Mariña de Cabral, para lo que tenía que subir una empinada cuesta. Algunos días, los profesores la recogían en su coche a cambio de que les cantara el “Lady, lady” del grupo Bravo. “Me recuerdo siempre vinculada a la música; ya desde que usaba el carro de bueyes de mis abuelos como escenario”, recuerda riendo. Tanta insistencia no cayó en saco roto, pero aunque ella quería aprender a tocar el piano, al final sus padres accedieron a la guitarra.

Patricia Hermida durante la entrevista

Su primera incursión profesional en este mundo se fraguó cuando estudiaba BUP en las Jesuitinas y montó con un grupo de amigas la banda de folk Ávalon. “Lo hicimos primero solo para musicar una obra de teatro, pero luego gustó tanto que las Jesuitinas nos organizaron conciertos por los colegios que tenían por España”. Aquella fue la primera “gira” de las muchas que hicieron con la banda por España y Europa. “Dábamos conciertos por pubs para financiarnos una maqueta y vivimos una época muy dulce cuando la discográfica Discmedi apostó por nosotras”, cuenta la vocalista.

Cuando las chicas comenzaron a estudiar en la universidad, mantener el grupo se fue haciendo cada vez más complicado y finalmente se disolvió. Patricia estudió Derecho Económico, aunque su primera opción era Publicidad. “Aquello no sonaba muy serio a mis padres y como el derecho penal también me atraía, pues les hice caso, aunque realmente la carrera me defraudó”, confiesa, al tiempo que admite que esos estudios le fueron muy útiles en su camino posterior.

“Hablé con nuestro mánager, José Puga, y aprendí de su mano el oficio, pegándome como una lapa a él"

Y es que el camino de Patricia aún iba a tomar curvas trepidantes. “Cuando se deshizo el grupo tuve un momento de crisis existencial; pensaba que no valía lo suficiente como para seguir sobre el escenario… Me sentía una impostora”, relata. Sin embargo, también tenía muy claro que no quería desvincularse de la música, pero quería probar suerte por detrás del escenario. “Hablé con nuestro mánager, José Puga, y aprendí de su mano el oficio, pegándome como una lapa a él, además de leer muchísimos libros que compraba en Estados Unidos ya que en España no existían publicaciones de este tipo e internet aún no estaba desarrollada como ahora”, advierte.

Patricia Hermida en un escenario

Patricia aprendió todos los entresijos de la profesión hasta que su maestro -a la vista de que su alumna tenía un talento natural- le propuso montar una empresa juntos, Dotbeat. “El nombre viene del primer trabajo que desarrollamos, que fue una gira de Operación Triunfo”, apunta. La empresa ya desde sus inicios tuvo unas pretensiones más allá del mero negocio musical. “Montamos un programa formativo pionero para técnicos de sonido. Nos trajimos a tres profesionales súper top de grupos como los Rolling y los Beatles y les reunimos durante varios días en San Simón; en esos momentos no había nada de este estilo y fue un éxito”, recuerda Hermida.

Por supuesto, Dotbeat también apuesta por nuevos grupos, especialmente de rock y con la premisa esencial de ser gallegos, aunque canten en inglés. Así, pusieron toda la carne en el asador por grupos como Heredeiros, Agoraphobia o Terbutalina. “Hay muchísimo talento en Galicia y me siento muy afortunada por poder trabajar en algo que me apasiona y con proyectos que me sorprenden y me aportan tanto”, asegura.

Patricia Hermida con integrantes de Agoraphobia

La viguesa también encontró el amor sobre el escenario y junto a un compañero de profesión es madre de Noé, que tiene 10 años y, asegura Hermida, “un talento natural hacia la música”. Criarle no ha sido sencillo ya que ambos progenitores tienen horarios complicados y muchas veces viajan. “Sin la ayuda de mis padres habría sido imposible”, agradece la profesional, instalada desde hace más de una década en Cambados.

Además, Patricia exprime su tiempo para mantenerse actualizada en una profesión que evoluciona a un ritmo vertiginoso. “Me empeñé en sacarme el título de Técnica Superior de Producción Audiovisual y Espectáculos, aunque mis profesores insistían en que ya conocía el terreno mejor que ellos, pero me parecía importante. Y, por supuesto, en esta profesión hay que seguir siempre leyendo y estar al tanto de cómo evolucionan los derechos intelectuales en el ámbito digital”, advierte.

Patricia explica que la producción musical, la organización de un gran concierto o una gira, es un trabajo sin horarios en el que hay que estar muy abierto a los cambios, gestionar muchos egos y ser capaz de resolver los problemas más complejos y variados; desde lograr que los músicos lleguen al concierto tras la cancelación de su vuelo hasta el tremendo reto que supuso organizar eventos en tiempos de COVID . “Es bastante ingrato porque si sale algo mal te atacan, pero si sale bien todas las felicitaciones son para los músicos que están sobre el escenario”, asegura con resignación. Pero salta a la vista que, pese a esa invisibilidad en la que viven, la viguesa disfruta a tope con su trabajo.

Patricia Hermida durante la entrevista

Patricia asegura que el papel de las mujeres en la industria musical ha mejorado en los últimos tiempos: se están abriendo campo como músicas, como productoras y como intérpretes, “aunque aún hay muchas desigualdades, escasas mujeres en puestos directivos y poquísimas técnicas”, dice.

Los datos avalan su afirmación. Según la organización Women in Music en la industria musical hay una participación del 70% masculino frente al 30% femenino y casi el 70% de las mujeres cobran menos del sueldo medio de los hombres.

“Busco la justicia en términos generales; no solo la presencia y trato en igualdad de las mujeres, que por supuesto es esencial, sino en todos los colectivos"

Hermida considera que hacen falta más referentes femeninas y por eso ella nunca duda en participar en actividades que contribuyan a visibilizar la figura de la mujer en la industria musical. Lo hizo como codirectora de la asociación Mujeres en la Industria Musical, como vicepresidenta del Music Manager Fórum y lo fomenta ahora también desde la Asociación Galega de Empresas Musicais, que preside desde hace un año y aúna a más de cuarenta empresas. “Busco la justicia en términos generales; no solo la presencia y trato en igualdad de las mujeres, que por supuesto es esencial, sino en todos los colectivos, sean hombres o mujeres; mi filosofía se dirige a lograr una sostenibilidad laboral, alcanzar un ecosistema que no ahogue el talento emergente y trabajar en pro de la diversidad”, describe.

Cuando Patricia va a un concierto por mero placer confiesa que no lograr desconectar. “No puedo evitar mirar si hay fallos de sonido, comprobar si todo está en orden…”, ríe.

Y en su casa siempre suena la música, para estar al día, argumenta, y porque, tras hablar con ella uno se da cuenta que esta mujer lleva la música dentro y es más su alimento que su profesión.

Las pioneras: Rosa Lagarrigue, la mánager más poderosa de España

Rosa Lagarrigue

Rosa Lagarrigue (Santiago de Chile, 1955) es desde hace casi cuatro décadas la representante de artistas más destacada de la industria musical española. Ha dirigido, a través de la empresa que fundó, RLM, las carreras de grandes artistas como Miguel Bosé, Mecano, Raphael y Alejandro Sanz, entre otros.

En los últimos años, también fue artífice del éxito de Rozalén, Fredi Leis y Vanesa Martín.

Logró profesionalizar y poner en valor la figura del mánager en un momento en el que se le veía como alguien que le quitaba el dinero al artista y, además, logró hacerse respetar en un mundo eminentemente masculino.

Rosa también cuenta con su propio sello discográfico independiente, Sin Anestesia, donde apoya el talento emergente.

Lagarrigue ha sido reconocida en múltiples ocasiones por ser una de las figuras pioneras más relevantes en la industria de la música. Fue homenajeada el año pasado en los Latin Grammy y también recibió la Medalla de Plata al Mérito en el trabajo. 

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