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Cristina Sánchez-Andrade Escritora

“La dimensión mágica de Galicia es su esencia”

“Echo mano de ella porque enriquece mi literatura”, afirma la novelista, que rescata en su última obra el naufragio del Santa Isabel en Sálvora para narrar una historia entre el realismo crudo y el delirio surreal

Cristina Sánchez-Andrade. CARLOS PORRAS

Nacida en Santiago porque “era el lugar donde mi padre quería que nacieran sus hijos” y criada en Madrid, la escritora Cristina Sánchez-Andrade, de padre gallego y madre inglesa, se ha inspirado en la historia del naufragio del vapor Santa Isabel cerca de la isla de Sálvora para escribir su última novela, “La nostalgia de la Mujer Anfibio” (Anagrama), donde mezcla el realismo más crudo con el delirio surreal y el tremendismo teniendo como escenario la Galicia costera desde principios del siglo XX hasta los años 70 .

"La nostalgia de la Mujer Anfibio" (Anagrama)

– Su novela “La nostalgia de la Mujer Anfibio” parte de un hecho real, el naufragio del vapor Santa Isabel frente a la isla de Sálvora en 1921, a partir del que construye una ficción, ¿por qué se decidió por rescatar esta historia y qué hay de real e imaginario en su obra?

– La historia me interesó porque, además de ser uno de los grandes naufragios ocurridos en Galicia, desde niña veraneó en Castiñeiras, al lado de Aguiño. Recuerdo de pequeña a una señora muy mayor, Georgina, que había vivido en Sálvora, venía por casa de mi abuela y contaba muchas historias de la isla y del naufragio. Los datos reales son que tres mujeres se lanzaron con sus dornas y rescataron a más de 60 personas, pese a que murieron más de 200. Era noche cerrada, la de Año Nuevo, y los hombres estaban celebrándolo en tierra firme, cuando el barco chocó contra unas rocas que hay frente a Sálvora. A las tres heroínas se las condecoró y se les prometieron unas rentas vitalicias, pero después de los homenajes y medallas, la cosa quedó en nada. Luego comenzaron a acusarlas de haber robado a los pasajeros - emigrantes que iban a Cádiz para embarcar en trasatlántico a América- y decir que se habían quedado con sus joyas y dinero. Yo creo que eso no es verdad . Hasta ahí es la base documental; el resto de la novela es invención mía.

– Una vez más vuelve a retratar la Galicia profunda, en este caso de los habitantes de Sálvora, y no renuncia a la dimensión mágica y cultura espiritual, ¿ es imprescindible para usted si sitúa una historia en Galicia?

– No es que sea imprescindible peor creo que es la esencia de Galicia y desde fuera -y desde dentro- es su riqueza, así que siempre que puedo echo mano de ella porque enriquece la literatura.

Cristina Sánchez-Andrade

Cristina Sánchez-Andrade CARLOS PORRAS

– Habla de tres generaciones de mujeres de una misma familia, ¿ha querido tratar la evolución del rol femenino en ese tiempo?

– Me interesaba más reflejar cómo vivía la mujer en la generación de Lucha -la protagonista-, que vive la vida que le tocaba vivir. Su hija intenta escapar de la vida que le espera y de su nieta no sabemos. Esa evolución ha salido, pero no era mi intención reflejarla. Lucha es la mujer anfibio porque las mujeres gallegas vivían entre la tierra y el mar, desempeñado un trabajo duro en ambos lugares. En ese sentido es un homenaje a esa mujer.

"Me interesa plantear esa otra vida que todos podríamos haber tenido, que surge cuando nos preguntamos ¿Y si hubiera...? "

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– El mensaje, con el que abre el libro y que luego cita, es que la vida no vivida es una enfermedad de la que se puede morir, ¿es lo que ha querido transmitir?

– Es una de las líneas vertebradoras del libro. Para mí era importante que Lucha conoce a ese náufrago inglés con el que tiene un idilio pese al cual se casa con la persona con la que no se quiere casar y tiene una vida muy rutinaria, la que tenía destinada como habitante de esa isla, como mujer en la costa gallega. Ella siempre vive soñando o pensando que si su vida podría haber sido otra si se hubiera ido con el inglés. Y le espera toda la vida. Me parecía interesante plantear esa otra vida que todos tenemos, esa idea de que, por muy contentos que estemos con nuestra vida, nos asalta de vez en cuando en forma de “ y si…” (hubiera ido por este camino, cogido ese trabajo, ido a esa ciudad).

– Mezcla el realismo más crudo con el delirio surreal que puede llegar a ser hilarante.

– El tema del humor siempre sale en mis novelas. Siempre digo que necesito pasármelo bien mientras escribo y el lector agradece reírse. Es un contraste con cosas que, sin humor, pudieran resultar demasiado sórdidas. El humor es un condimento que a mí me parece necesario en la literatura.

– Hablando de humor me viene a la mente el personaje de Ziggy Stardust, el David Bowie gallego, que representa el embaucador que se intenta aprovechar de la ignorancia de un pueblo, ¿cómo lo construyó y en qué se basó para incorporarlo a la historia?

– Me interesaba la figura del embaucador que aparecen en autores del sur de Estados Unidos y como en mi historia estaba el tema de qué había pasado con el supuesto tesoro del Santa Isabel, se me ocurrió introducirlo como elemento distorsionador para sacarnos del aura del pueblo de los años 70. Y me lo imaginé como David Bowie, con maquille, pelucas disfraces ajustados y pieles de lagartija.

– ¿Se siente cómoda si la encuadran dentro del realismo mágico?

– No me importa. Es un honor, aunque mi literatura está en la frontera entre el realismo y lo mágico .

– ¿Qué autores son sus referentes?

– Cuando buscan similitudes, me dicen que Cela o Valle Inclán, pero de autores gallegos prefiero a otros menos conocidos fuera de Galicia, como Blancoamor, Cunqueiro, Anxel Fole o Rafael Dieste. Y de Estados Unidos, los de la tendencia gótica sureña.

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