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La pandemia de Murphy

Este cornavirus desconcierta hasta a los mayores especialistas mundiales. Pocos han acertado en todas sus predicciones, e incluso una viróloga tan brillante como Margarita del Val erró al mostrar su escepticismo ante las vacunas de Pfizer y Moderna. Después reconoció su error, lo que confirma su enorme talla científica. Parece que este virus juega a los dados, aunque tal vez sí hay una ley que ha venido cumpliendo rigurosamente desde el principio: la de Murphy. Todo lo que ha podido salir mal ha salido mal.

El martes hará un año de la primera noticia sobre la pandemia publicada en FARO. Entonces no se había demostrado, decían las autoridades chinas, el contagio entre humanos. Pronto se confirmó. Después se esperó que Wuhan fuera como Las Vegas, y que lo que allí brotó se quedaría en la ciudad. Tampoco. Cuando la epidemia llegó a Italia, el 31 de enero, Fernando Simón dijo que España no iba a tener “más allá de algún caso diagnosticado”. Superamos los dos millones. No está probado que la variante inglesa del virus se contagie más, decían... Pregunten en Reino Unido, donde la curva de incidencia es vertical. ¿Casualidad o causalidad?

En lo único que no se ha cumplido la ley de Murphy ha sido en el desarrollo de las vacunas: podrían haber salido tarde y mal, y las han logrado en tiempo récord y con una eficacia que ha sorprendido hasta a los científicos más expertos, como la citada Margarita del Val. España fue el primer país junto con Alemania en tener un plan completo de vacunas, según presumió Pedro Sánchez. Aun así, no parece que el ritmo de los pinchazos sea el adecuado para cumplir los objetivos marcados. Otra vez la ley de Murphy se ha cumplido.

Hubo también maliciosos que sospecharon que Salvador Illa estaba utlizando su omnipresencia como ministro de Sanidad para catapultar su candidatura a la Generalitat. También aquí se cumplió la ley de Murphy, y tenemos como timonel de la crisis a un ministro a tiempo parcial, además en un periodo crítico en el que se eleva la tercera ola y arranca el proceso de vacunación. Se dispara la indecencia acumulada.

Como saben los científicos del Challenger, el Hubble y el satélite español Ingenio, estrellado a los 8 minutos de su lanzamiento, a menudo todo lo que puede salir mal, sale mal. Es obligación de los gobernantes esperar lo mejor, pero prepararse para lo peor.

Por cierto, ¿saldrá bien la vuelta al cole tras la Navidad o nos acordaremos de Murphy? Lo veremos.

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