El 19 de noviembre de 2010 se estrenaba en España la película “The Way”, protagonizada por el actor estadounidense de origen gallego Martin Sheen y dirigida por su hijo Emilio Estévez. La cinta, que ya llevaba dos meses en salas de cine norteamericanas, narra la historia de un oftalmólogo estadounidense que realiza el Camino de Santiago con las cenizas de su hijo, muerto en los Pirineos durante un temporal cuando estaba realizando la ruta jacobea. Su proyección ha contribuido al incremento exponencial de peregrinos procedentes de Estados Unidos y otros países de habla inglesa en la última década.
Fue una inversión rentable para el Xacobeo 2010 Galicia, que respaldó con un patrocinio esta coproducción hispano estadounidense con el objetivo de promocionar el Camino de Santiago en Estados Unidos por una cantidad económica de 350.00 euros que no hubiera cubierto ni el caché del actor protagonista y que además incluía que Martin sería embajador del Xacobeo en Estados Unidos. Y es que el empeño personal del artista de cine por llevar a cabo este proyecto hizo que tanto él como su hijo no cobraran, capitalizando en su productora la parte económica que les correspondería por sus trabajos de actor y director.
El proyecto de los Sheen, que tuvo también participación de la TVG y la Xunta, contó con la colaboración de los empresarios gallegos Julio y Carlos Fernández, propietarios de la productora Filmax, la socia española de la producción y distribuidora de la película en España, Portugal y Andorra. Originarios de A Fonsagrada, en pleno Camino Primitivo, tuvieron claro desde el primer momento que querían formar parte de esa producción para promocionar su tierra.
El intérprete que encarnó al presidente de Estados Unidos Josiah Batlet en la serie “El ala oeste de la Casa Blanca” había realizado en 2003 el Camino conduciendo un coche y a toda prisa, pues disponía de pocos días para regresar a Los Ángeles a grabar una nueva temporada de la citada serie. Le acompañaron en ese viaje el actor Matt Clark y su nieto Taylor (hijo de Emilio), por entonces un joven de 19 años que se enamoró de su actual esposa, la española Julia Palacín, en cuanto la vio al inicio de la ruta, en un molino restaurado como albergue en Burgos, donde seis años después se casaron. La pareja ha tenido recientemente su primera hija, a la que han llamado Alma.
A su regreso a California, Martin Sheen comentó su intención de realizar una producción sobre la ruta jacobea a su hijo Emilio, quien se puso manos a la obra y dio forma al film “The Way” (titulado “El Camino” en España e Hispanoamérica) inspirándose para ello en la historia de “El Mago de Oz”.
En febrero de 2008 padre e hijo presentan el proyecto al entonces presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, y al verano del año siguiente vuelven a Galicia para fijar detalles con el nuevo dirigente autonómico, Alberto Núñez Feijóo. En esa estancia en Galicia, Sheen cumple 69 años y asiste a la Misa del Peregrino en la catedral, asombrando a sus acompañantes por su fervor religioso. “Rezaba en latín y se sabía todos los cánticos” que entonaba en pie y al estilo efusivo que solemos ver en las películas americanas, tal y como recuerda Alfonso Cabaleiro, en aquellos años secretario xeral de Comunicación de la Xunta y actual director gerente de Galicia Calidade. Cabaleiro recuerda también la comida con la familia Sheen y el conselleiro de Cultura Roberto Varela en el restaurante Fornos de Santiago. “Es una persona encantadora, estaba muy implicado en el proyecto y empeñado en que saliese Muxía al final de la película para esparcir allí las cenizas”, comenta.
En esa estancia en Galicia, Feijóo le regaló al actor una réplica a pequeña escala del botafumeiro en plata con motivo de su cumpleaños y él le correspondió con un DVD recopilatorio de la serie “El ala oeste de la Casa Blanca”. Martin Sheen también mostró su interés por el Celta , equipo al que seguía su padre, y recibió del club el carné de abonado para la temporada 2009-2010. Y es que el verdadero nombre del protagonista de “Apocalypse Now” es Ramón Antonio Gerardo Estévez, hijo de la irlandesa Mary Anne Phelan y del emigrante Francisco Estévez, natural de la parroquia de Parderrubias en el municipio pontevedrés de Salceda de Caselas, donde aún tiene familiares y su hermana Carmen Estévez pasa temporadas. Sheen y su hijo Emilio presumen de su origen gallego y ambos han pasado estancias en la casa familiar en Parderrubias.
En agosto de 2009 el empresario gallego Carlos Fernández, propietario de la productora Filmax junto a su hermano Julio, leyó en una revista un artículo sobre el proyecto que pretendían realizar los Sheen, que buscaban productora en España. “Celebramos una comida en Barcelona y vieron claro que teníamos que ser sus socios porque además de productora somos distribuidora y tenemos la plaza de Galicia, fundamental para esta película. Querían hacerlo muy rápido, estábamos en agosto y pretendían empezar en septiembre”, comenta.
Finalmente el rodaje se llevó a cabo durante siete semanas entre el 28 de septiembre y el 12 de noviembre. “Tenían el guión muy claro, no hubo manera de hacerles cambiar cosas que a nosotros nos chirrían como la boda gitana en Burgos, pero para ellos era necesario enseñarlo así en Estados Unidos”, explican desde Filmax Carlos Fernández, Teresa Gefael, jefa de producción, e Inma Castaño, delegada de la productora en Galicia.
La única modificación en el guión se produjo para poder entrar en la Catedral de Santiago, hecho que fue calificado de “milagro” por el propio Sheen porque hacía cuarenta años que las cámaras no filmaban el interior debido a razones de protección del patrimonio artístico catedralicio. “Hubo que cambiar un pequeño detalle porque cuando entras tienes que cumplir unas normas, no puedes dudar de lo que hay allí, así que se obvió esa parte del texto”, comentan desde Filmax, destacando el papel del arzobispo de Santiago, Julián Barrio, que vio la importancia del proyecto y permitió el rodaje en el templo. “Para Martin era fundamental rodar en la catedral y eso se nota en la película cuando entra llorando y de rodillas, algo que no estaba previsto en el guión. Acababa realmente de hacer el Camino y experimentó lo que sienten el resto de peregrinos”, explican desde la productora.
Y es que durante el rodaje el actor se empeñaba en llevar la mochila llena (“le metíamos piedras”) para que se viera el esfuerzo de hacer el Camino, padeciéndolo como el resto de caminantes e incluso negándose a que le doblara un extra cuando en una escena en que se tiraba al río.
La implicación familiar y la estrecha relación entre los Estévez-Sheen en el proyecto se hizo patente durante el rodaje. En la producción también trabajó Taylor Estévez y tanto la esposa de Martin, Janet, como su hermana Carmen y su cuñado estuvieron presentes en parte del rodaje. “Son una familia muy unida, la hermana se metía en cosas de producción, lo que demuestra que era un proyecto familiar. Martin y Emilio tenían conversaciones porque a veces tenían diferentes visiones: la del hijo era más comercial o cinematográfica y la del padre, más emocional. Al final decidía siempre Martin”, comentan los productores.
La road movie se realizó con un equipo ligero de medio centenar de personas para poder desplazarse con facilidad entre deferentes localizaciones de la ruta desde Francia hasta Santiago. O Cebreiro, la Virxe da Barca, Fisterra, Muxía y Santiago son los lugares de Galicia que aparecen en el film, aunque “Galicia está presente en el espíritu de la película, en sus 120 minutos, ya que llegar a Santiago es el objetivo de un peregrino, y por tiempo de rodaje, es donde más estuvimos”, explican desde Filmax respondiendo a comentarios críticos que consideran escasa la presencia de imágenes Galicia en el film.
“Con el tiempo se fue haciendo más grande y triunfó más en la pequeña pantalla"
A nivel de recaudación, The Way no fue un negocio para la productora española. “Con el tiempo se fue haciendo más grande y triunfó más en la pequeña pantalla, de hecho aún hoy en día nos siguen pidiendo de muchos países derechos de emisión”, manifiestan los productores.
Tampoco tuvo reconocimiento por parte de la Academia Española de Cine y no se llevó ninguna estatuilla de las once nominaciones que recibió a los Goya. “Se vio como película extranjera, cuando ruedas con equipos de fuera te apoyan menos aunque estés muy implicado en ella y no se reconoce como producción española que es”.
Lo que sí se cumplió con creces fue el objetivo de promocionar el Camino internacionalmente. La película se promocionó en Estados Unidos con un bus que recorrió todos los estados, se abrió una web en distintos idiomas con más de 100.000 visitas , el logotipo del Xacobeo 2010 acompañó a todas las películas distribuidas por Filmax en 2010, se generaron más de cien mil noticias en prensa de todo el mundo, participó en el Festival de Toronto. “Aún nos escribe gente de Estados Unidos preguntándonos por localizaciones que aparecen en la película porque quieren venir”, dicen desde Filmax.
El número de estadounidenses que selló la credencial pasó de 2.500 en 2009 a más de 20.500 en 2019
“The Way” situó al Camino de Santiago en el radio de intereses del público estadounidense de manera determinante provocando una subida exponencial de peregrinos procedentes de Estados Unidos, tal y como indica la secretaria xeral de Turismo de la Xunta, Nava Castro. Si antes de la película, estos visitantes representaban apenas el 1% del total de peregrinos, en 2015 ya eran más del 5%, superando a países con tanta tradición como Portugal, y el año pasado llegaron a ser casi el 6% del total.
En términos de cifras, en 2009 se registraron 2.540 peregrinos estadounidenses, cifra que se ha ido incrementando progresivamente a lo largo de los siguientes años, pasando a ser 7.071 en 2011, más de 15.000 en 2016 y 20.652 en 2019. Aunque el colectivo de EE UU fue el que más creció, también lo hicieron de manera paralela los de Reino Unido e Irlanda, que junto con Portugal y Francia son los países que aportan mayor número de caminantes.
El fenómeno que supuso “The Way” fue analizado en la primera edición de la Feira do Camiño, FairWay, en un relatorio en que participó Carmen Estévez, la hermana de Martin Sheen. Algunos de los gestos y tradiciones que se recogen en la película son reproducidos por los peregrinos estadounidenses e incluso empresas de servicios para peregrinos han hecho una recopilación de lugares que aparecen en el film. Fenómenos como este film y el propio Camino “nos permiten situar a Galicia en el imaginario colectivo estadounidense, con la importancia que esto tiene de cara a mejorar nuestra imagen exterior como destino turístico”, manifiesta Nava Castro.
