La iglesia parroquial de Santa María, en el concello de Vilasantar, es románica en origen y antaño conjunto monástico en el que profesaría a los veintidós años San Pedro de Mezonzo, el obispo santo al que se le atribuye la composición de la “Salve Regina” que todavía hoy se reza y se canta. A pocos metros de este hermoso y sereno paisaje se encuentra uno de los pocos batanes que se conservan en Galicia, a orillas del río As Gándaras. Junto a más de una veintena de ingenios hidráulicos, integra la Ruta dos Muiños, de gran valor etnográfico y natural.
Se trata de un recorrido de unos seis kilómetros apto para todas las edades en el que se pueden conocer más de veintidós molinos harineros, algunos rehabilitados, lo mismo que el batán, una máquina de madera que antiguamente servía para compactar mantas y textiles. La fuerza del agua movía –mueve porque aún funciona– los mazos del ingenio que golpeaban las mantas de lana hasta hacerlas tupidas y cálidas. La belleza del lugar no solo la realza el viejo batán, también el frondoso bosque que lo rodea y la cascada de más de quince metros que discurre aguas abajo.
El origen del batán se pierde en la noche de los tiempos. Se supone que pudieron ser los monjes de San Pedro de Mezonzo los precursores de su construcción, allá por el siglo XII, por lo que podría ser uno de los más antiguos de la península. La máquina de Vilasantar estuvo en funcionamiento hasta el año 1954, momento en el que se abandona hasta su restauración en el año 2001. Un tramo con escaleras de madera desemboca en el mismo ingenio, y también conduce a uno de los puntos donde es más visible la cascada.
El sendero está rodeado de frondosa vegetación, creando un ecosistema húmedo y fresco todo el año, lleno de magia. En el itinerario aparecen otros puntos de interés como los Pasos da Vella, grandes rocas en el medio del río que antiguamente permitían pasar de una orilla a otra. Tanto As Gándaras como el Cabalar, que discurren por el recorrido, son afluentes del Tambre, que fluyepor el suroeste del concello.
Además del batán, el antiguo aserradero y los molinos, la joya arquitectónica de esta senda es la iglesia de Santa María de Mezonzo, de origen probablemente prerrománico. Tiene planta basilical de tres naves con otros tantos ábsides semicirculares. Conserva numerosos elementos de interés tanto en el interior como en el exterior, desde los tímpanos a las bóvedas, los capiteles o los contrafuertes. Existe una espadaña exenta situada sobre la que puede ser una estructura del antiguo monasterio.
La ruta: ruta dos muiños
Duración: 2 h. 90 min.
Dificultad: fácil
Ruta: PRG 195
Coordenadas: 43°03’′37’’″N 08°08’′05’’″O
Desnivel máximo: 490 metros
Longitud: 6 kilómetros
Qué ver: a Fonte Santa
Cerca de la iglesia de Laxe y del río Cabalar está la Fonte da Santa, un manantial de aguas sulfurosas con una Virgen tallada en piedra en una hornacina. Al naciente se le atribuyen propiedades para las dolencias de ojos, piel y trastornos respiratorios.
Visita obligada: Pazo de Mende
En el concello existen varios pazos, entre ellos el de Mende, ubicado en una finca de grandes dimensiones, con casa con frontón y escudo. También hay una capilla con soportal. En el entorno hay robles centenarios.
Gastronomía: De queso a truchas
La gastronomía gallega está presente en los platos de Vilasantar, desde el cocido al lacón con grelos, pasando por carnes y productos de huerta. El concello integra la denominación del queso Arzúa-Ulloa, y en sus numerosos ríos abundan las truchas.
