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Tribunal Constitucional

Ramón Sáez Valcárcel, el magistrado que absolvió a Trapero

En enero hará 36 años que se incorporó a la carrera como fiscal y salvo el tiempo que fue vocal nunca ha abandonado los tribunales

Ramón Sáez, magistrado de la Audiencia Nacional.

Ramón Sáez Valcárcel (Madrid, 1957), uno de los magistrados que se incorporará al Tribunal Constitucional a propuesta del PSOE, hará en enero 36 años que ingresó en la carrera judicial y nunca ha abandonado los juzgados, salvo en el periodo que fue vocal del Consejo General del Poder Judicial. Como magistrado de la Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, se ha acostumbrado a plasmar sus argumentos en votos particulares, pero fue el ponente de la sentencia en que se absolvió al ‘mayor’ Josep Lluís Trapero por la actuación de los mossos en el 1-O y de los acusados por el asalto al Parlament, resolución que luego el Supremo revocó e impuso condenas, luego fueron ratificadas por un Tribunal Constitucional prácticamente partido por la mitad.

Pese al reconocimiento compartido por todos de su conocimiento jurídico, lleva años viendo cómo magistrados con mucha menos experiencia que él le adelantan para llegar al Tribunal Supremo. Aunque siempre ha sido consciente de que lo tenía difícil, porque la costumbre había convertido en máxima que siempre es más fácil acceder al alto tribunal cuando tu ideología es conservadora. Y Sáez es de izquierdas y no lo esconde. La última vez que lo intentó reclamó “mayor pluralidad” a los vocales del Consejo General del Poder Judicial que debían valorar sus méritos y los de otros candidatos para acceder a la Sala Segunda.

Ahora se salta la cúspide del poder judicial para incorporarse al Tribunal Constitucional a propuesta del Gobierno, algo que los que le conocen saben que no le impedirá preservar su independencia judicial, como ha hecho siempre. Su posición se hacía más visible, porque solía quedarse en minoría y plasmaba sus argumentos en votos particulares, elogiados por juristas de todas las sensibilidades.

Una característica de Sáez Valcárcel es que es más proclive a absolver que lo que nos tienen acostumbrados los tribunales. Entre esas resoluciones destaca la sentencia en la que se absolvió al ‘mayor’ Josep Lluís Trapero por la actuación de los mossos en relación al 1-O, ocasión en que, a diferencia de lo que suele ocurrir en la Sección Primera quien quedó en minoría y lo plasmó en un voto fue la presidenta de la Sala de lo Penal, Concepción Espejel. El tercer magistrado, el conservador Francisco Javier Vieira, votó con Sáez.

Nadie recurrió y la sentencia fue fime. No ocurrió lo mismo con la del asalto al Parlament, de la que Sáez también fue ponente y en la que absolvió a todos los acusados menos uno. La diferencia es que se recurrió y el Supremo acabó condenándoles a todos, pena que acabó confirmando el Constitucional, al que ahora se incorpora el propio Sáez. También lo fue de las primeras sentencias de la Audiencia Nacional que absolvió a tuiteros por, por ejemplo, elogiar el asesinato de Carrero Blanco. Aunque las sentencias fueron revocadas, su criterio fue el que ha acabado imperando.

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