La posibilidad de que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, sea inhabilitado por el Tribunal Supremo propició ayer en el Parlamento catalán una tregua circunstancial entre JxCat y ERC, enfrentados por la insistencia de los republicanos en que Torra convoque unas elecciones que los posconvergentes no quieren todavía.

Ambos grupos, con el refuerzo de la CUP, sacaron adelante un texto conjunto de mínimos que defiende la soberanía exclusiva del Parlament para nombrar o cesar a los presidentes de la Generalitat. No solo eso. La mayoría independentista rechazó todas las propuestas de resolución que pedían la convocatoria inmediata de esas elecciones que ERC sí quiere, así como las que criticaban la gestión de la pandemia por el Govern.

Sin embargo, los discursos pronunciados por los representantes de cada grupo hicieron salir a la luz una vez más sus discrepancias. La republicana Marta Vilalta pidió "responder conjuntamente" ante la posible sentencia del Supremo. "No podemos volver a caer en un episodio de desorientación independentista", dijo. Por su parte, Gemma Geis, de JxCat, insistió en el rechazo a las urnas e incluso se preguntó si la oposición respetaría los resultados de las elecciones que ayer reclamaba con sus proposiciones.

La exigencia de convocar ya los comicios llegó desde las filas de todos los grupos. La diputada socialista Alícia Romero afirmó: "No nos merecemos más este Govern roto", mientras que Cs pidió a Torra que ponga fin a su etapa presidencial. Torra se enrocó en la negativa a colocar las urnas y abogó por mantenerse en el cargo, como mínimo hasta que el Supremo resuelvan sobre su inhabilitación. No está claro cuál es el camino que pretende recorrer. Ayer siguió escondiendo sus cartas, argumentando que su prioridad ahora es la lucha contra la pandemia.