El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo se desmarcó ayer del estilo bronco de la portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y sus acusaciones al vicepresidente Iglesias de "ser hijo de un terrorista". Por contra, la portavoz popular en el Congreso recibió el respaldo de FAES, la fundación del expresidente Aznar, que considera que Álvarez de Toledo solo se encaró con un "populista agresivo". Pablo Iglesias reconoció su equivocación al acusar a Vox de querer un golpe de estado, aunque dijo "la verdad".

"Cometemos un grave error si contestamos a las provocaciones de un Gobierno que perdió los papeles y creo que ningún compañero debe entrar en ese juego, aunque sólo sea por respeto a los cerca de 30.000 fallecidos y a los ciudadanos que temen por su futuro o han perdido su empleo", afirmó Núñez Feijóo. El presidente gallego se manifestó así en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consello de la Xunta al ser preguntado por el encontronazo entre la portavoz parlamentaria del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, y el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. "Basta ya de este tipo de espectáculos parlamentarios", añadió, para concluir que "los gobiernos lo que han de hacer es gobernar e intentar aproximar posturas con la posición", si bien el Ejecutivo central "ha perdido los papeles y ahora intenta que los pierdan los demás".

FAES y Aznar

Frente a la posición del mandatario gallego, uno de los nombres que siempre suena como alternativa a Pablo Casado, la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, defiende a Cayetana Álvarez de Toledo, en su enfrentamiento con el vicepresidente Iglesias, al que tacha de "tipo crecido en la bronca y populista agresivo". En un artículo, la Fundación subraya que Álvarez de Toledo puede estar tranquila ante las acciones judiciales que prepara el padre de Iglesias por haberle llamado terrorista, porque goza de inmunidad parlamentaria. Según la Fundación, la actitud del líder de Podemos constituye la expresión de una práctica de asalto a la democracia y de desestabilización de sus instituciones representativas, y es además el "político chulesco que con los brazos en jarras interpela al PP acusándolo de promover la insubordinación de la Guardia Civil".

La Fundación subraya asimismo que Iglesias rindió homenaje a ETA y a la izquierda abertzale, fue de los primeros en conjurarse para destruir el sistema democrático de la Constitución, elogia a los golpistas catalanes como demócratas y se inventa una teoría conspiratoria contra la derecha.

Tono sosegado

En un tono sosegado para no ahondar más en la polémica, Iglesias reconoció que se equivocó cuando en el Congreso acusó a Vox de querer dar un golpe de Estado, lo que provocó la salida airada de la comisión del portavoz de este partido, Iván Espinosa de los Monteros. Pese a su reconocimiento del error, el vicepresidente eludió pedir perdón a la formación de Abascal porque, según él, dijo "la verdad". "No me volveré a equivocar", afirmó ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros para presentar el recién aprobado ingreso mínimo vital.