Torra consumó ayer la ruptura entre las dos principales fuerzas del independentismo catalán al anunciar un adelanto electoral, sin fecha, pero condicionado a que antes se aprueben los Presupuestos catalanes. ERC coincide con JxCat en la urgencia de sacar adelante las cuentas de este año para evitar una nueva prórroga de las de 2017, que agravaría la situación de la administración autonómica. Los planes del presidente de la Generalitat pueden chocar, sin embargo, con su propia inhabilitación por el Tribunal Supremo, lo que complicaría todavía más un calendario ya de por sí complejo.

Horas antes de que su Ejecutivo aprobara los Presupuestos, que ahora iniciarán su andadura parlamentaria, Torra realizó una declaración institucional en el Palau de la Generalitat para anunciar que habrá una convocatoria formal de elecciones en el momento en que esas cuentas estén aprobadas. "Esta legislatura ya no tiene más recorrido político", afirmó Torra al inicio de su intervención. En un duro discurso contra el que todavía es su socio, ERC, Torra reconoció que no existe cohesión estratégica en el Govern y acusó a los republicanos de deslealtad.

El hecho de que Esquerra no haya respaldado su pretensión de conservar el acta de diputado pese a que la Junta Electoral Central le privó de ella es el detonante de esta ruptura. "El lunes el consenso del independentismo no se respetó, la presidencia del Parlament permitió dejar a la intemperie la presidencia de la Generalitat mediante una decisión que no era compartida por la mayoría de la Cámara", reprochó Torra en alusión a Roger Torrent.

Torra anticipó que encomendó al vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, de ERC, que lleve los presupuestos al Parlament para su aprobación. Anunció también que mantiene la entrevista programada con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para el 6 de febrero, encuentro en el que espera comprobar si el Ejecutivo español quiere "poner fin a la represión y respetar los principios democráticos más elementales".

Decisión ciudadana

La convocatoria electoral es, según el presidente de la Generalitat, una oportunidad de "renovar el mandato político" de las últimas elecciones catalanas, en diciembre de 2017, y que "los ciudadanos decidan nuevas mayorías y confianzas". "Si no encaramos los desafíos desde la lealtad entre independentistas la república se irá alejando", apostilló.

El anuncio del anticipo electoral era una posibilidad en la que Torra venía pensando desde la tarde del lunes que consultó con su entorno más cercano y con los dirigentes de JxCat. El mensaje institucional del presidente de la Generalitat dejó en un segundo plano el que podría ser el único logro del Govern, la aprobación de unos Presupuestos para salir del marasmo en que se encuentra Cataluña, el proyecto más destacado de toda la legislatura.

Las últimas cuentas de la administración autónoma se aprobaron el 2017, todavía con el Ejecutivo de Puigdemont, y sufrieron sucesivas prórrogas ante la falta de mayoría parlamentaria para sacar adelante unos nuevos Presupuestos, lo que mermó la capacidad de maniobra económica de la Generalitat.