El Govern catalán prevé aumentar en 2.500 millones de euros la inversión social, según figura en el proyecto de cuentas para el próximo año que prepara la Conselleria de Economía, de la que es titular el vicepresidente Pere Aragonès. El independentismo carece de los votos necesarios para que el proyecto salga adelante, pero el PSC muestra su disposición a pactar las cuentas si el presidente Torra "abandona la confrontación".

La Generalitat opera con los presupuesto prorrogados desde 2017. Torra ni siquiera llegó a presentar las cuentas para este año sabedor de antemano que serían rechazados, lo que colocaría a su Ejecutivo en trance de convocar elecciones.

Las cuentas ahora en proyecto buscarían reforzar tres grandes ámbitos: la sanidad, la seguridad y la educación. Algunas de las partidas reforzadas estarían destinadas a ampliar las plantillas de los Mossos d'Esquadra y los Bomberos, con nuevas promociones, además de financiar las plazas de guarderías. Según el anuncio del Govern, la ampliación presupuestaria tendría como objetivo también reducir las tasas universitarias y mejorar la sanidad catalana.

El diputado del PSC-Units en el Parlament Ferran Pedret mostraba ayer la disposición de su partido a negociar las nuevas cuentas, pero exige al presidente Torra que abandone su apuesta por la "confrontación". Un eventual apoyo socialista sería "radicalmente incompatible" con que el presidente del Govern vuelva a vías unilaterales hacia la independencia.

Los comunes se muestran también dispuestos a entrar en la negociación presupuestaria, pero rechazan de antemano "campañas publicitarias" del vicepresidente. "Diálogo sincero para acabar con los recortes, sí. Campañas publicitarias de Aragonès, no. Cheques en blanco para la precampaña electoral de Aragonès, no", afirmaba ayer un representante en el Parlament.