Pablo Iglesias desistió ayer de su empeño de estar en el Gobierno, después de oír por boca de la número dos del PSOE, Adriana Lastra, los nombres de tres destacados dirigentes de Podemos con opciones de sentarse en el Consejo de Ministros si su líder renunciaba a sus ambiciones: Irene Montero, Rafael Mayoral y Pablo Echenique. Habiendo dejado claro la víspera el propio Pedro Sánchez que Iglesias era "el escollo" para alcanzar un acuerdo de investidura, al secretario general morado no le quedó otra que descartarse. Pero no lo hizo sin presentar batalla: exigió que Podemos elija qué miembros del partido serán ministros. Y nuevo encontronazo: fuentes socialistas le dejaron claro que el candidato "decidirá el equipo".

La jornada comenzó con unas declaraciones de Iglesias que no hacían prever un cambio de rumbo en las negociaciones, con todo y que el líder morado no daba por muerta la posibilidad de la investidura la semana que viene. "Hay que tener paciencia con el PSOE", concedía, pero solo para advertir que "no es sensato plantear los vetos como clave de la relación con un socio". Y avisaba: "Si el PSOE pone encima de la mesa vetos, es que no busca el acuerdo, es que busca una excusa".

Así que, cuando horas después comunicó su renuncia a entrar en el Ejecutivo, se valió precisamente de la palabra "excusa": "España necesita ya un gobierno de coalición de izquierdas que asuma que los derechos sociales tienen que ser el eje de gobierno. El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy yo. He estado reflexionando estos días y no voy a ser la excusa para que el PSOE evite ese gobierno de coalición".

Pero puso una condición: que los socialistas "asuman que no puede haber más vetos y que la presencia de Unidas Podemos en el próximo Gobierno tiene que ser proporcional a los votos y que la propuesta, lógicamente, la va a hacer Unidas Podemos". Traducido: que será la dirección del partido morado la que elegirá los nombres que se integrarán en el gabinete.

El PSOE se apresuró a dar su respuesta a las condiciones del secretario general de Podemos. Resumida: Sánchez escuchará las propuestas que le haga Unidas Podemos, pero, de mano, pide que no haya "vetos ni imposiciones" y que las conversaciones empiecen por los "contenidos". Y en cuanto al equipo (el gabinete), será el aspirante a la investidura el que "decidirá".

Iglesias coronó su mensaje de renuncia a entrar en el Ejecutivo instando a "negociar ya un Gobierno de coalición de izquierdas, un programa integral, programa y equipos para sacar adelante la investidura la semana que viene".

El movimiento de Iglesias fue bien valorado por el líder de IU (y socio en Unidas Podemos), Alberto Garzón, que lo consideró "valiente", "generoso" e "inteligente". Y el PNV lo juzgó una "señal positiva" que confió en que sirva para abrir un verdadero proceso negociador con las demás fuerzas necesarias para el éxito de la investidura, incluidos los nacionalistas vascos. "Hasta el momento, nadie ha llamado al PNV para negociar. Aguardamos con paciencia y responsabilidad esa llamada, confiados en que se producirá", dijeron fuentes peneuvistas.

Entre tanto, la portavoz de EH Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, confirmó que los cuatro diputados de su partido "no obstaculizará" la elección de Sánchez. Y dado que descartó apoyar al candidato "activamente", solo cabe pensar en la abstención.

Los partidos independentistas catalanes iban a hacer público ayer el sentido de su voto, pero uno, Junts per Catalunya (JxC), pospuso su decisión hasta este lunes, cuando arranca el debate de investidura, y el otro, ERC, ha optado por esperar a ver si fragua definitivamente un acuerdo PSOE-Podemos. Sin embargo, de primeras, Esquerra se inclina por la abstención y JxC por el "no".

Cs criticó el "espectáculo lamentable" que están dando Sánchez e Iglesias, y que España "no se merece", y el PP advirtió que los españoles empiezan a "hartarse" del "vodevil" que protagonizan el candidato y el líder de Podemos.