El PSOE mantiene abierta la puerta a un acuerdo programático con Unidas Podemos (UP) que sirva de base al apoyo de la formación a la investidura de Pedro Sánchez. A una semana del inicio del debate parlamentario, con la consulta a las bases de UP ya en marcha y sin entrar en el principal escollo, la presencia de UP en el futuro Gobierno, la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, insistía ayer en la disposición de los socialistas a negociar un programa común, aunque sin entrar en la composición del Ejecutivo.

"A lo largo de los días el documento se puede perfeccionar y modificar", apuntaba ayer Calvo, pese a que Pablo Iglesias dejó patente hace días su rechazo a hablar de programa al margen de negociar su presencia en el Ejecutivo. "Cuando uno va en serio, va con los contenidos, que es lo que realmente importa", así como con "equipos negociadores" para definir leyes prioritarias y objetivos para los primeros años de legislatura, insistía ayer la vicepresidenta eludiendo el obstáculo principal que paralizada las negociaciones.

La vicepresidenta se mantiene en la argumentación oficial para descartar la coalición con Unidas Podemos, una fórmula que sería factible "cuando ya tienes la cifra para investir", algo que no ocurre en la actual situación, por lo que Sánchez necesita el apoyo de otras formaciones para auparse a la Presidencia del Gobierno.

"Hay que hablar con todos"

Calvo anuncia nuevos contactos con los grupos de la Cámara, porque "hay que hablar con todo el mundo, todo el mundo tiene que asumir su responsabilidad", en alusión a PP y Ciudadanos, pese al reiterado rechazo de ambos partidos a facilitar la investidura del candidato socialista.

Calvo anticipa que el próximo jueves se reunirá la Ejecutiva federal del PSOE para ver si entonces "hemos podido sentarnos a hablar". También el jueves concluye la consulta a los inscritos de Podemos sobre la posición que sus 42 diputados deben adoptar en el debate de investidura que comienza el 22 de julio.

Pedro Sánchez "tiene ya el pacto más que cerrado, incluso lo tenía en campaña electoral", apunta el partido de Albert Rivera, para quien lo que está en juego es solo "un reparto de poder".