El debate de investidura de Pedro Sánchez comenzará el 22 de julio con su discurso para pedir el respaldo de los grupos del Congreso de los Diputados. Con el calendario anunciado ayer por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el candidato dispone todavía de tres semanas más de plazo para llegar a acuerdos con los grupos parlamentarios y conseguir un respaldo del que ahora carece. La próxima semana abrirá una nueva ronda de contactos a la que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, anunció que no acudirá a por ser inamovible la decisión de su grupo de votar en contra de Pedro Sánchez .

Los lunes son, de común, días en los que no se reúne el Pleno del Congreso. Esa pauta se rompe ahora para encajar un calendario en el que hay que prever un llamamiento a las urnas, que tiene que caer en domingo, si fracasa el proceso. Sobre ese condicionante está diseñada la sucesión de fechas. Después de la intervención de Sánchez y de que los grupos fijen sus posiciones, el martes 23 el candidato se enfrentará a la primera votación, en la que necesitaría tener mayoría absoluta. Si de esta votación no sale el nuevo presidente, como ocurrirá, se pone en marcha el proceso que puede desembocar en unas nuevas elecciones en el caso de que en los dos meses siguientes siga sin salir de la Cámara Baja un jefe de Gobierno.

Sánchez carece ahora del respaldo necesario para superar con éxito la investidura incluso en la segunda votación, la que se celebra 48 horas después de la primera, y en la que le bastaría con tener más votos a favor que en contra. Para superar esta situación, el aspirante abrirá una nueva ronda con los representantes de los grupos parlamentarios que, en el caso de Pablo Iglesias y Pablo Casado, llevará a su cuarto encuentro desde las elecciones generales del 26 de abril. Albert Rivera no acudirá a la cita. "No tengo nada más que hablar de las tres veces que he hablado con Sánchez", afirmaba ayer el líder de Ciudadanos. "Cuando uno tiene que formar gobierno, se sienta con sus socios y forma gobierno, no con la oposición", instaba Rivera para dejar constancia de que, una vez fracasados los minoritarios intentos internos de cambiar su posición, su formación no se moverá del rechazo a Sánchez para reforzar su papel opositor, con la pretensión de desplazar al PP en ese cometido. Desde Bruselas, Sánchez reprochó a Rivera que carezca de "un mínimo decoro" institucional por no entrevistarse con él. "Guarde las formas y luego vote lo que considere", reclamó el candidato al líder de Ciudadanos.

El líder del PP, Pablo Casado, criticó por su parte "la estrategia partidista y personal" de Pedro Sánchez para la búsqueda de apoyos para la investidura, instándole a que aclare si pretende reeditar el bloque parlamentario que le respaldó en la moción de censura o persigue la repetición de elecciones. El PNV, el principal apoyo que tendrá que ganarse Sánchez después del de Podemos, pedía ayer "un esfuerzo" a "todos los partidos políticos" para evitar la repetición electoral.