La jornada 41 del juicio del "procés" quedó ayer bastante oscurecida por la petición de las defensas de los cinco acusados electos. Los votantes del 1-O que declararon como testigos se esforzaron en dejar claro que los binomios de los Mossos trataron de impedir la votación en todos los colegios, si bien la mayoría no pudo hacerlo porque los ciudadanos se organizaban para, "de forma pacífica, no dejarles entrar". "La gente les impedían entrar, sí claro", admitió un testigo. Y otro: "Dos personas contra doscientas, era impensable".

Aparte, José Albert Carbonell, director general del Puerto de Barcelona, avaló la versión del acusado Josep Rull sobre el atraque del buque conocido como "Piolín", que alojaba a policías de refuerzo para el 1-O.