El aspirante del PP a la Presidencia del Gobierno suavizó el tono agresivo que viene desplegando durante toda la campaña. Expuso programa, centrado en "la mayor revolución fiscal de la historia". Se mostró molesto con los ataques de Rivera, algo que, considera, resulta difícil de entender para el electorado de ambos. Trató de volver contra Sánchez las acusaciones de corrupción con alusiones al pasado del PSOE.