El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, regresó ayer a la primera línea de la política, tras un permiso de paternidad de tres meses, con un multitudinario mitin en Madrid en el que hizo autocrítica de los errores de la formación. Iglesias reconoció que Podemos da "vergüenza ajena" con sus peleas internas, "peleas por sillones, por los cargos, por la visibilidad". En consecuencia, aceptó que han decepcionado a mucha gente actuando "como un partido más".

El líder morado participó en un acto en el que estuvo arropado por la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero; el secretario de Organización, Pablo Echenique, y otros dirigentes de la formación y de las confluencias. En su intervención, con la que inició las cinco semanas de actos electorales que restan hasta el 28-A, Iglesias admitió que Podemos ha jugado "con las reglas del adversario" y no ha conseguido cambiarlas. "Nos hemos callado muchas cosas porque nos hemos creído eso de la cortesía parlamentaria", lamentó.

Como adelanto del nuevo impulso que pretende dar a la formación, Iglesias lanzó un duro discurso de campaña contra los que, dijo, "mandan más que los diputados", y citó expresamente apellidos como Ortega o Fainé para referirse a algunas de las veinte familias más poderosas de España. Frente a la crisis que atraviesa al partido -con la pérdida de dirigentes como Errejón y el paso atrás de otros como Espinar y Bustinduy-, Iglesias apeló a la unidad. "El valor de la unidad se demuestra en los momentos difíciles, y ahora es cuando toca caminar unidas para demostrar que todavía tenemos muchas cosas que decir en este país", afirmó.

Montero alertó por su parte de que la formación de izquierdas se enfrentará a una campaña electoral "feroz" porque nunca ha estado "tan cerca de gobernar" y de que su candidato a la Presidencia del Gobierno, Pablo Iglesias, esté en el Consejo de Ministros.

"Hasta el mayor de nuestros adversarios políticos sabe que, con todos nuestros defectos y nuestros errores, tenemos la suerte de tener al candidato que es el único que puede sentar a los poderosos en la mesa y decirles: 'Se acabaron vuestros privilegios", sentenció. Montero remachó que su formación sale a gobernar y que el presente y el futuro puede y debe estar en manos de las mujeres.

Echenique recurrió a la ironía para dirigirse a sus seguidores: "A Ione Belarra (diputada morada) no le tiemblan las piernas y a mí no me tiemblan las ruedas", dijo en alusión a su discapacidad física. Echenique sostuvo que los poderosos "se están gastando una millonada" en hacer creer a la gente que no se pueden salvar las pensiones, frenar el cambio climático, recuperar derechos laborales o acabar con la violencia machista y por eso, ironizó, llaman a no votar.