La resistencia del president Torra a aceptar la decisión de la Junta Electoral de eliminar lo que considera símbolos partidistas en los edificios de la administración catalana abre nuevas diferencias entre los dos socios del Govern.

En las consellerías a cuyo frente están representantes de ERC, los lazos amarillos fueron retirados ayer por la mañana sin esperar a la intervención de los Mossos d'Esquadra, a los que la JEC, a través del departamento de Interior y como policía desplegada en el territorio, había encomendado la ejecución material de sus decisiones. En el Palau de la Generalitat, en el que Torra no ocupa el mismo despacho que su antecesor Carles Puigdemont, los funcionarios procedieron a retirar la pancarta de la fachada al personarse la policía catalana a media mañana con la orden. Puigdemont alabó "la firmeza" de su sucesor en esta batalla simbólica, que, dijo, pone "nervioso al Estado".

El conseller de Interior, Miquel Buch, comunicó ayer a la JEC que los Mossos "han procedido a hacer efectivo el requerimiento" de retirar símbolos de edificios de la Generalitat. La policía autonómica accedió a varios edificios públicos, entre ellos algunas escuelas, para comprobar que no hubiera lazos amarillos. Entre los lugares registrados figura el Instituto Pompeu Fabra de Badalona, donde no encontraron ningún símbolo independentista, según revela la agencia "Efe".

La policía autonómica notificó además a la JEC su intención de mantener la vigilancia de los edificios de la Generalitat para evitar que de nuevo vuelvan a sus fachadas las esteladas y los lazos amarillos.

El comisario jefe de los Mossos, Miquel Esquius, comunicó por escrito al presidente de la Junta Electoral, Segundo Menéndez, que seguirá el control para garantizar el cumplimiento de su resolución sobre los símbolos en los edificios públicos.