El PP confirma en la fórmula del pacto de Andalucía para conservar la presidencia de la Comunidad de Madrid, donde ahora gobiernan en solitario pero con el apoyo de Ciudadanos. "Lo que pasa en Andalucía es lo que va a pasar en muchos sitios", auguraba ayer Pablo Casado, en alusión al pacto entre su partido, el de Albert Rivera y Vox que dará la presidencia de la Junta a Juan Manuel Moreno.

La formación de ultraderecha tiene en Madrid uno de sus principales nichos electorales, según la última encuesta del CIS, por lo que su concurrencia puede resultar necesaria para que Isabel Díaz Ayuso consiga poner al frente del Ejecutivo madrileño tras las elecciones autonómicas del 26 de mayo.

Díaz Ayuso, vicesecretaria de Comunicación, es una de las caras nuevas que Casado ha aupado a cabeza de lista en la profunda renovación en la que el PP está incurso, el primer gran movimiento interno tras el proceso de sustitución de Rajoy. Junto a ella, pugnará por la Alcaldía de Madrid José Luis Martínez-Almeida, el sustituto de Esperanza Aguirre, a quien ayer agradeció su confianza, al frente del grupo municipal madrileño.

Díaz Ayuso y Martínez-Almeida son "la esencia de la pata negra del partido", según Casado y se guían por "las ideas de siempre, las de Popper, las de Friedman, las ideas de la libertad". Por esos teóricos y por quienes en el pasado ocuparon los puestos de mayor relevancia institucional, incluida Ana Botella, a quienes ayer reivindicaron en la presentación de los candidatos en Madrid.

Para el líder del PP, el partido en Madrid es el "mascarón de proa" y funcionará como "dique de contención" frente a la izquierda, en palabras de Díaz Ayuso, quien ha criticado el "comunismo rancio" que a su juicio gobierna en la capital española.