Palabras medidas, mucha cautela y ninguna intención al descubierto. Esa es la disposición de los principales candidatos en la carrera del relevo sucesorio de Rajoy. La dirección nacional del PP dará el lunes el pistoletazo de salida al proceso de sustitución de su presidente saliente al fijar la fecha del congreso extraordinario, que previsiblemente será a mediados de julio.

Algunos dirigentes apuntan que en el partido cuenta con muchas opciones y anticipan que habrá varios candidatos, lo que abrirían el proceso a la participación de la militancia. Otros, en cambio, apuestan por un solo candidato, que evite las inevitables fricciones internas y salga con el mayor consenso posible. En este escenario, el primer nombre que surge es el de Alberto Núñez Feijóo. Pero hay más aspirantes que también suenan con fuerza en los mentideros políticos.

María Dolores de Cospedal, que solo insiste en que del cónclave extraordinario debe salir un partido "unido y reforzado". Su "presidente ideal" será el que más apoyos recabe y más consenso suscite. La de Cospedal será una decisión basada más en aspectos personales que políticos, porque está "en un momento vital" en el que tiene que decidir qué quiere para el futuro.

La exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, otro de los nombres que figuran en todas las quinielas, estuvo ayer desaparecida. Y para evitar que las aguas internas se agiten en exceso, hay quienes apuestan por no hablar del asunto. Así lo hicieron ayer el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, quien se autodescarta como candidato, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, se alinea con quienes apuestan por una solo candidato a liderar el partido. Martínez-Maíllo, ahora con una agenda menguada por el retorno de Dolores de Cospedal a la plena dedicación al partido, apuesta por encontrar a una persona que "aglutine e integre" a todos antes del congreso. "Sería lo más deseable", sostiene el coordinador general del partido.