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El desafío soberanista catalán

Puigdemont desafía al Tribunal Constitucional: "Si me inhabilita, no aceptaré su decisión"

El Ministerio de Hacienda da 24 horas a la Generalitat para que aclare si desvió una partida de 6.150 euros para los preparativos de la consulta del 1 de octubre

Puigdemont desafía al Tribunal Constitucional: "Si me inhabilita, no aceptaré su decisión"

"Si el Tribunal Constitucional me inhabilita, como puede hacer, no aceptaré esta decisión. Solo el Parlament me puede suspender", advierte el presidente catalán, Carles Puigdemont, en claro desafío a la corte de garantías, en una entrevista concedida ayer al diario francés "Le Figaro" que el PP recibió con indiferencia: "Es irrelevante, tendrá que atenerse a lo que dice la ley", respondió el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo.

"Una inmensa mayoría del pueblo catalán quiere votar. Suspendiéndome o expulsándome de mi despacho, Madrid no va a anular esta voluntad. No existe un poder suficientemente fuerte para cerrar el gran colegio electoral que será Cataluña el 1 de octubre", expone el mandatario autonómico en el periódico galo.

Y prosigue con sus advertencias: "No renunciaremos al referéndum, aunque lo prohíba el Tribunal Constitucional". Puigdemont lo razona así: "Nuestro compromiso con el pueblo y el Parlament es claro: debemos resolver nuestras reivindicaciones en las urnas. Ninguna suspensión, ninguna amenaza, podrá impedir que los catalanes decidan su futuro de manera democrática".

El único obstáculo insalvable que reconoce el presidente de la Generalitat es el de la participación: una afluencia a las urnas "ridícula equivaldría a perder el referéndum". Eso sí, con ánimo tranquilizador y para presentar la consulta como un proceso con garantías democráticas, Puigdemont revela que durante la organización del 1-O el Govern y los ayuntamientos mantendrán una neutralidad escrupulosa, sometida además al control de los observadores internacionales. "El Gobierno catalán no hará campaña en favor de la independencia".

En otra parte de la entrevista, el president da detalles sobre la "transición" que seguiría al hipotético triunfo del "sí" en la consulta. Por ejemplo, desvela que 48 horas después de la proclamación de los resultados -que puede demorarse entre una semana y diez días-, anunciarán que Cataluña "se transforma en un Estado independiente" y abrirán un periodo que culminará con unas elecciones constituyentes, la redacción de una Constitución y su ratificación en una nueva consulta. "Cataluña empezará a actuar como estado independiente, pero no lo será de derecho hasta que esta transición culmine", dice.

A todo ello, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se limitó a responder: "La comunidad autónoma de Cataluña no va a preparar con su gobierno ese referéndum y cualquier actuación preparatoria va a tener la correspondiente respuesta". Además, el Ministerio de Hacienda dio veinticuatro horas a la interventora general de la Generalitat de Cataluña, Rosa Vidal Planella, para que aclare si se han desviado 6.150 euros a los preparativos de la consulta y le recuerda que puede tener responsabilidades administrativas o penales si no contesta.

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